viernes, 25 de abril de 2008

MAPOMA, allá vamos

Sólo faltan dos días para el MAPOMA. Esta noche conseguí dormir 8 horas a costa de dejar sin preparar la maleta. Llevaba muy tranquilo toda la semana hasta esta mañana, que me levanté bastante nervioso. Incluso preferí no tomar el café de la mañana.

Esta mañana preparé lo fundamental para el MAPOMA. La ropa, el resguardo de la inscripción, el IPOD, el brazalete del móvil, el Fixomull Stretch para los pezones y la barritas energéticas. Las zapas todavía no, porque hoy al mediodía voy a hacer el último rodaje de 6 km. Después de todo un invierno entrenando de noche, con frío y lluvia, hay que aclimatarse un poco para la temperatura que vamos a sufrir en Madrid. También cumplí con el rito que sigo antes de las medias: cortarme las uñas de los pies. Las tenía bastante recortaditas, pero es una costumbre.

Como en el avión no tengo claro si me dejarán llevar la vaselina para los pies (voy a volar sólo con equipaje de mano) guardaré una poca en papel albal. Lo que no me van a dejar subir al avión es «El Palo» que me pensaba comprar en Madrid. Por suerte, José María se ha ofrecido a traérmelo en coche.

También tengo anotadas las líneas de metro que me llevan a la Feria del Corredor para recoger el dorsal y las que me llevan del Retiro al hotel.

Mañana a las 8:30 me subiré al avión y, cuando vuelva a Galicia, ya seré maratoniano.

¡Alea Jacta Est!

jueves, 24 de abril de 2008

Reducción

Por motivos laborales y familiares, llevo una semana agotadora. El martes me hice 600 kilómetros en coche y fue la noche de la semana que más horas he dormido: 6 horas.

El miércoles pude sacar un rato para rodar 6 kilómetros a ritmo súpersuave ( a seis y pico). Otra vez más, salí a entrenar de noche. Como mucho saldré un par de días más a hacer 5 kilómetros de cada vez. A ver si Jose María saca tiempo de algún sitio y compartimos unos kilómetros.

Mañana empiezo con la carga de hidratos.

Sólo quedan

3 días

lunes, 21 de abril de 2008

Brazalete para llevar el móvil

Ayer probé mi nuevo brazalete para móvil. Llevaba meses detrás de algo así pero últimamente se había convertido casi en una obsesión. La razón fue que un domingo, a las once de la noche, lloviendo, con frío, me había quedado de puerta afuera sin dinero, sin llaves (obviously), sin móvil, vestido de corto, sudado después de haber corrido más de 20 kilómetros y con el familiar más próximo a más de 100 kilómetros de distancia (sí, tengo compañeros de trabajo más cerca, pero no sé de memoria sus direcciones ni teléfonos). Bueno, no es exactamente que me hubiera olvidado las llaves. Es que había cogido las llaves de la casa de mis padres, que viven a más de 100 kilómetros de la mía. Ahora, antes de salir, siempre compruebo en la cerradura que las llaves son las mías.
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Como mis entrenamientos suelen ser de noche y, a veces, en completa soledad, comencé a llevar el móvil en una funda con clip para colgar en el pantalón por si tenía un percance. Pero era muy incómodo y, si hacía un sprint, se me caía.
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La segunda opción fue llevar el móvil en el bolsillo de un cinturón de hidratación, pero tampoco es demasiado cómodo y no me apetece llevarlo siempre. Es un poco ridículo llevar un cinturón de hidratación para rodar 10 km.
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También tengo una muñequera con bolsillo pero no le entra el móvil. Le entran las llaves y muy justitas.
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Siempre que iba a una tienda de deportes buscaba algo que me sirviera pero nunca encontré nada. Por fin, un día vi la luz. Me llegó a casa un folleto de El Corte Inglés y vi un accesorio de Nike que era justo lo que andaba buscando. El sábado fui a por él y el domingo lo probé. ¡Qué maravilla! Estoy encantado con él. Es un brazalete donde entra perfectamente un móvil y no notas el peso. Es más incómodo el Ipod Nano que llevo en el otro brazo que este brazalete.
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Os dejo una imagen por si os interesa.

domingo, 20 de abril de 2008

Ensayo general: alimentación e hidratación

Algo menos de 17 kilómetros fue lo que hice esta mañana. Fue un ensayo general, con cinturón de hidratación con Aquarius (que es la isotónica oficial del Mapoma, según me han dicho) y barrita de Isostar. Tenía mi duda de cómo reaccionaría mi estómago con la barrita de Isostar y quería hacer un experimento. El resultado fue bueno. Había probado las pastillas de glucosa y, al poco de tomarlas, me daban naúsea. También he probado los higos secos, que son perfectamente admitidos por mi estómago, pero son un poco más incómodos de llevar. Los geles todavía no los he probado y pa' ésta no va a ser. Así que al Mapoma llevaré estas barritas. Son Isostar High Energy de sabor multifrutas y con 28,9 g de hidratos de carbono por barrita. Haciendo caso a mi amigo Miguel, las tomaré en los kilómetros 6, 18 y 30.

He aprendido que no es bueno tomar las barritas energéticas y después no salir a correr. La vez que lo hice tuve un subidón de gluscosa que parecía que me hubiera tomado cinco cafés. Había oído hablar del subidón de glucosa pero nunca lo había experimentado en mis carnes. También he aprendido que después de tomar la barrita hay que beber.

Bueno, a lo que iba, que me he hecho casi 17 km por terreno mixto, hidratándome y comiendo durante el entreno. Rodé por asfalto, baldosa, pasarelas sobre la carretera, tierra y barro. Para ampliar mi recorrido habitual me fui hasta un lugar en Culleredo conocido como «La Laboral», donde hay un circuito de tierra. Después fui por un paseo de tierra a la vera de un riachuelo, donde los patos, los gansos y las gallinas de agua campaban a sus anchas. De nuevo me fui a mi eterno paseo de O Burgo y vuelta a casa.
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Todo el recorrido lo hice al ritmo que pienso llevar en maratón: 5'50"/km. Ya sé que es un ritmo ridículo pero, como dice mi amigo Fema, no es lógico entrenar más rápido de lo que vas a correr en una competición.

sábado, 19 de abril de 2008

Faltan 8 días para el Mapoma

Ayer, ni saqué tiempo de la comida ni del entrenamiento. Tuve complicaciones en el trabajo y sólo me quedaron 10 minutos al mediodía para comer algo.


Por la noche salí a una hora decente (las ocho) y me fui a casa para estar con mi familia (la familia siempre es lo primero) pero... ¡no había nadie! Llamadita al móvil y me dicen que vienen de camino pero que todavía les falta casi una hora. ¡Esta es la mía! Me puse la ropa de deporte y... ¡a correeeeeeeeeer!


Hice el recorrido habitual de 10 kilómetros y pico con luz de día.

Después de meses entrenado de noche, casi no reconocía mi ruta con la luz del atardecer. Me paré dos o tres veces a hacer unas fotos con el móvil.







No sé muy bien el ritmo medio debido a las paraditas, pero debió rondar los 5'30"/km. Cuando terminé me encontré con mi chica y los niños en un supermercado. Teníais que haber visto la cara de la gente viendo a un tipo en mallitas todo sudado llevando de la mano a dos niños pequeños.




Mañana haré 15 kilómetros suaves. Para la semana que viene quedé con un gran hombre, con José María, para compartir unos kilómetros suaves antes del Mapoma.


La cuenta atrás sigue inexorable. Sólo faltan

8 días

viernes, 18 de abril de 2008

Vaya nochecita

Ayer me rajé. Yo soy de los de «ni tormenta, ni bonanza tu rumbo a torcer alcanza» pero ayer preferí no salir a correr cuando ya estaba vestido de corto y calzado con las zapatillas.

Me dirigí hacia donde unos foreros de Correr en Galicia habían quedado para rodar en compañia pero, cuando llegué allí, no había nadie. Era una noche obscura y tormentosa (como diría Snoopy). Llovía y arreciaba el temporal. Para rodar en solitario y dejar el asiento del coche empapado preferí salir desde mi casa.

Pero al llegar a casa me dio un pereza terrible, por lo que decidí dejarlo para otro momento. Hoy al mediodía saldré un rato (o eso creo). Tengo hora y media para rodar 1 hora, ducharme, hacerme la comida y comer. Es un poco justo y no tengo claro de dónde voy a robar los minutos que me faltan: a la comida o al rodaje.

Ya sólo faltan

9 días

miércoles, 16 de abril de 2008

Un paseo de 10 kilómetros

Lo de ayer no fue un entrenamiento, fue un paseo. Nada más salir de casa, llamé por teléfono a mi chica y estuve hablando con ella durante ¡40 minutos! Claro que rodar y hablar por teléfono es un poco complicado. Cuando se condensaba mucho sudor en la pantalla, lo limpiaba un poco y lo cambiaba de oreja. Le fui cantando los kilómetros hasta que terminó la conversación porque se quedó sin batería (esto del 100x1 de Movistar es una maravilla). No sé a qué ritmo fui (no lo quise saber) pero fui muy lento. Después seguí rodando a algo menos de 6'/km hasta completar los 10 km.

La otra novedad es que ha llegado el Circo a O Burgo. Todavía lo están montando. Voy a tener circo durante los entrenos que me quedan: gente, caravanas, carpas, luces, megafonía, olor a animales, ... Por lo menos rompe la montonía.

¡11 días!

martes, 15 de abril de 2008

Kilometraje

Semana 1: 15 km
Semana 2: 48 km
Semana 3: 52 km
Semana 4: 51 km
Semana 5: 66 km
Semana 6: 63 km
Semana 7: 60 km
Semana 8: 41 km
Semana 9: 52 km
Semana 10: 37 km

Total, hasta esta semana, 485 kilómetros. Esta semana haré unos 35 y la que viene 25 kilómetros. Por lo tanto, llegaré a la Maratón con 545 kilómetros de entrenamientos. No me parecían tantos.
He pasado por catarros, tendinitis, agujetas, rozaduras, ampollas, mojaduras, frío, ... ¿Valdrá la pena todo este esfuerzo? Lo sabré dentro de

12 días

lunes, 14 de abril de 2008

Lo he entendido

Ayer cerré la semana con un rodaje de 10 km. Fue una semana floja, de 37 kilómetros, pero por fin he entendido lo que tantos y tanto me habéis dicho de que no me preocupe de los tiempos y que disfrute de la maratón.


Ayer corrí sin ver el reloj, al ritmo que me iban pidiendo las piernas, sin forzar, siempre suave. Empecé a 6'/km y terminé en cuesta a 4'55"/km (he dicho «sin verlo», no «sin llevarlo»). Por fin estoy volviendo a disfrutar con los entrenamientos.



Ya no me preocupa bajar de las cuatro horas ni el ridículo que pueda hacer. Ya no me preocupan las comparaciones odiosas con el tiempo de mi amigo Antonio en Barcelona. Lo único que me importa es ir a Madrid, correr el Mapoma, disfrutar lo máximo posible, poder decir que he corrido una maratón... y que mi chica esté en la meta para verme.



Sólo faltan 13 días.

viernes, 11 de abril de 2008

Paseo Ría do Burgo


Ayer intenté dar la vuelta a la ría de O Burgo pero no pude porque el paseo no está completo. En la foto de Google Earth (TM) se ve que, llegado un momento, se acaba el paseo y hay que recorrer un kilómetro, más o menos, por la carretera. El recorrido marcado en la foto es de 7 kilómetros y medio. En total hice 11 kilómetros y medio a ritmo patatero/superpastelero de 6'/km. Hacía frío y viento, pero no llovía.

Hoy toca descanso. Esta semana llevo 27 kilómetros y no voy a pasar de 50.

jueves, 10 de abril de 2008

Paseo de Perillo y equipación para Mapoma

Ayer casi no llovió aunque hizo bastante viento. El entrenamiento fue de 15 km y 800 metros a 5'30"/km, casi hora y media. Éste es mi ritmo de maratón. Ya sé que no es mucho pero, como dice Bob Glover en su Manual del corredor de competicion, así en la próxima Maratón habrá mucha posibilidad de mejora.

Salí de día, para variar, con el cielo completamente encapotado y el atardecer muy oscuro. Hice el paseo de O Burgo y, cuando estaba cruzando el puente de A Pasaxe camino de Santa Cristina, vi gente paseando por el paseo del margen derecho del río. Todavía está cerrado por unas vallas pero las habían movido y se podía pasar. Bajé hasta el río y recorrí el nuevo paseo. El suelo es de dos materiales: a un lado hay hormigón o baldosas (no me fijé bien) y en el otro tablas de madera ranuradas para no resbalar. Obviamente fui por la madera. A mitad de recorrido se acabó la madera y di vuelta hasta Santa Cristina. Me gustó la experiencia de ver la ría desde el otro lado. Seguí hasta Santa Cristina y me di cuenta de que estaba disfrutando del entreno. Hacía tiempo que no me pasaba.

Ayer llevé la misma ropa y calzado que voy a llevar al Mapoma:

Malla negra corta Kalenji. La compré nueva para evitar que se me abra alguna costura durante la carrera. Sólo me pasó una vez pero me hizo herida en menos de una hora. Los hilos de polyester con los que las cosen son muy duros y pueden lastimar cuando están sueltos.

Camiseta sin mangas verde fosforito Kalenji. Son muy baratas pero incluso mejores que las de marca. Las veces que he vuelto con los pezones rozados fue llevando una camiseta Adidas o una Nike. Con las Kalenji no me pasó nunca. La camiseta tiene el nick KHENE en la espalda. La estampación también la hacen en Decathlon, en diez minutos. Al igual que las mallas, la llevé para que esté usada el día de la carrera, porque de momento sólo tiene menos de 4 horas de uso.

Zapatillas Nike Air Structure Triax 10 con taloneras de gel Sorbotane. Para mi peso, después de probar muchas otras, me quedé con éstas. Ya comentaré otro día todas todo el calzado que probé antes de decidirme.

Calcetines Nike. Al Mapoma voy a llevar unos Spiuk, pero ayer no los llevé.

Hoy haré unos 10 kilómetros. Quiero ver si se puede hacer el recorrido completo entre el puente de O Burgo y el puente de A Pasaxe pasando por las dos márgenes del río. Creo que hoy también toca lluvia.

miércoles, 9 de abril de 2008

Lluvia y gorras

Hoy llueve y seguirá lloviendo, por lo menos, un par de días más. Hoy toca entreno bajo la lluvia. Todavía no sé si llevaré el chubasquero o iré a pelo. El chubasquero, en mi opinión, tiene tres inconvenientes.

1.- Por muy cómodo y ligero que sea, siempre te quita un poco de movilidad.

2.- Toda el agua que resbala por el impermeable termina en las piernas y en los pies.

3.- Si para de llover, el impermeable es una molestia.


Para protegerme un poco de la lluvia prefiero algo tan sencillo como una gorra. La visera evita que me caiga agua en los ojos y me resulta suficiente. El calzado, calcetines, camiseta técnica y mallas igual que siempre. Suelen llegar empapados pero nunca se me ha formado una ampolla en un pie por esta razón. Para secar el calzado uso el método de meter papel de periódico en las zapatillas. Al día siguiente ya están secas.

Salvo cuando hace mucho frío, que uso un gorro de lana, siempre llevo gorra. Las prefiero con el ajuste de velcro porque las hebillas metálicas terminan oxidándose con el sudor. La gorra me sirve también para que el sudor de la cabeza no me baje a los ojos. Al estar calvo, el sudor resbala más fácilmente y me molesta muchísimo. Cuando llego a casa con la gorra empapada, la meto en la bañera y le doy una ducha. Al día siguiente ya está seca y limpia.

La gorra también me sirve para su uso original, que es proteger del sol. Por muy acostumbrado que se esté hay que protegerse de la radiación solar y prevenir la aparición de un cáncer de piel.

lunes, 7 de abril de 2008

Crónica de la Vig-Bay

Omitiré todo lo que todos sabemos y hacemos antes de una carrera y arrancaré mi historia ya sentadito en el coche, con mi mujer al volante y los niños en el asiento de atrás.
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Primer obstáculo: policía municipal en la rotonda del Amor de Dios. Le pregunto al guardia por dónde ir y, como iba a correr, me dejó pasar (le mostré todo ufano el dorsal).
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Segundo obstáculo: 500 metros más abajo la carretera estaba cortada y sólo podía pasar la prensa. Nos desvió por unos caminejos y conseguimos aparcar a 300 metros de la playa.
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Superados los obstáculos, me «tecnifico» (podómetro, crono, Ipod) y salgo trotando con 15 minutos de margen hacia la salida. A la altura de la rotonda con la estatua del rapto de Europa, una mujer me dice que me quite los cascos, que me van a descalificar. Yo le contesto: «Pues que me descalifiquen». Me coloco en la salida en mi posición natural (más bien hacia atrás) y me encuentro con mi amigo Banderas.
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¡Salida!... andando, como no. Como no había calentado nada, quise salir muy despacio aunque no me dejaron. Cuando estaba dando la primera vuelta a Samil vi a una chica rubia y a un chico con barba que me estaban animando. No lo podía creer. Hacía un año que no los veía y mis últimas noticias era que estaban viviendo en Canarias. Di la vuelta, troté un poco en sentido contrario (por el arcén, para no molestar) y fui a dar un beso a la susodicha y un abrazo al interfecto ¡Qué alegría verlos allí! Me dieron ganas de pasar de la carrera y quedarme charlando con ellos, pero ellos me animaron a seguir corriendo.
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Pasé la cuesta del Lagares y me encuentro con un ciclista que se dirige hacia mí y me dice que no se puede ir con cascos, que me van a descalificar. No le hago caso. Al poco me lo vuelve a decir y le hago el mismo caso. A la tercera dice mi número de dorsal y me repite lo mismo. Como le di la callada por respuesta, detuvo la bici y anotó mi número de dorsal. El hombre nunca se identificó como juez de la carrera.
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Seguí corriendo a mi ritmo y llegué a la cuesta de Canido. En la cima había un montón de personas animando y, un poco más allá, una mujer que me dijo que no podía correr con cascos y que me iban a descalificar. ¡Qué pesados! Que me descalifiquen y punto. Que no den más la tabarra. Tampocose identificó como jueza. Parecía que el asunto no era la descalificación en sí, sino amedrentar a los corredores. Eso se llama abuso de poder.
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A partir de la mitad del recorrido (allá por la famosa cuesta de Mide) comencé a apretar un poco. Hacía un día precioso, las Cíes vigilándonos desde el horizonte y el aroma de los pinos, los eucaliptos y las glicinias acompañándonos en algunos tramos. Las piernas me respondían y fui adelantando a un montón de corredores.
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La parte negativa de la carrera fue un compañero caído y un ciclista auxiliándolo. Unos metros más adelante una ambulancia arrancaba llevando a un compañero que se había abierto la cabeza contra el asfalto. También me hablaron de un hombre que llegó a meta desorientado.
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Por fin, Playa América. Bajé por la amplia avenida que lleva a la playa gozando de cada una de las zancadas. Al fondo, el mar azul, la arena y un cielo despejado donde jugueteaban unos jirones de nubes. La gente animaba y hasta nos decían que aún podíamos alcanzar a Elías. ¡Qué cachondos!
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Al volver a la carretera me volvieron a decir lo de los cascos y la descalificación. Ya harto, me los enganché en la parte de atrás de la gorra y seguí sin música. Pronto llegamos a la Ramallosa donde había muchísima gente animando. Un ciclista (otro cachondo) nos recomendó ir por la playa, aprovechando que había marea baja y que acortaríamos un par de kilómetros.
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Ya queda poco. El final me lo tomé con calma y buen humor. Iba bien de fuerzas y seguía adelantando puestos. En la última recta estaba el juez de la barba anotando dorsales. Miró para mi Ipod, miró para mí, miró para mis orejas y...¡sorpresa! no llevaba los cascos puestos. Trató de ver dónde terminaban los cables que salían del Ipod pero estaban camuflados en la gorra. Me pareció verle cara de decepción.
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Por fin la meta. Subo el ritmo para llegar como si fuera un atleta de verdad y llego como un campeón. Se terminó la carrera. Paso con mi chip amarillo sin pararme en los auxiliares que estaban quitando los chips de alquiler y recojo un botellín de agua, un plátano y un trozo de roscón. Saludo a los conocidos y voy en busca de mi familia.
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Todo parecía ir a cámara lenta. La gran aglomeración de personas, los coches atascados, el paso lento frente al ritmo de mi corazón que todavía latía medio desbocado. Por fin me reencuentro con mi familia y comparto con los niños el botellín de agua. Poco después dme encuentro con unos amigos que habían venido de Betanzos a darse un garbeo de 21 km por Baiona.
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Más tarde, cuando había pasado un buen rato, me acerqué a ver las clasificaciones, por ver si algún conocido había subido al podio (y de paso ver si me habían descalificado) y, ¡sorpresa!, Marina había quedado de primera de su categoría. También habían conseguido trofeo Chus y Yolanda (¡vaya máquinas!).
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Mientras estaba viendo las clasificaciones oigo el nombre de Marina por megafonía. Me acerco y la veo radiante, con un vestido blanco con topos rojos, guapísima. Cuando bajó del podio la felicité al igual que a otros amigos del norte.
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Y así terminó mi Vig-Bay. Para mí fue un entreno para el Mapoma más que una carrera. Nunca hubiera imaginado que una carrera de 21 km la pudiera considerar un entrenamiento. Este año tardé 5 minutos más que el pasado (algo más de 1h 50') pero ya habrá más ediciones para mejorar tiempos. Ya estoy pensando en el 2009 donde me comprometo a hacerla en 1h40'
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Un abrazo a todos

domingo, 6 de abril de 2008

Descalificado en la Vig-Bay

Y no sólo una vez. Me han amenazado con la descalificación ¡7 veces! ¿Cuál fue mi falta? Correr con el IPod escuchando música. ¿Y quién fue el censor? Su nombre no lo sé (todavía) pero sí su apodo: Gargamel, un juez vigués de la Federación de Atletismo. Es un hombre (u homúnculo) con barba y nariz ganchuda que se pasó la Vig-Bay amenazando a todo aquel que llevara música.

La primera vez, me aviso una mujer antes de empezar la carrera. La segunda, la tercera y la cuarta, el dichoso Gargamel. La quinta, una mujer antes de la subida de Canido. La sexta, un niño que también anotó mi dorsal. La séptima, al salir de Playa América, y ya me di por vencido. Me enganché los cascos en la parte de atrás de la gorra y seguí corriendo.

Suponía que Gargamel (también conocido como el Juez Dredd) iba a estar cerca de la meta esperando. Y así fue. Me miró, miró mi Ipod Nano de tercera generación, miró mis orejas y buscó mis cascos, cosa que no encontró. Le noté una cierta mirada de fastidio (tanto mirar...). Me lo tomé de cachondeo porque, la verdad, amenazar con la descalificación por llevar un dispositivo que te da una ventaja competitiva a un corredor que hace la media maratón en algo menos de dos horas es para tomárselo de cachondeo. Yo creo que este tipo necesita tomar All Bran.

viernes, 4 de abril de 2008

3 días para la Vig-Bay

En vez de correr unos kilómetros determinados decidí correr un tiempo determinado. Fueron 80 minutos muy suaves. Calculo que habré hecho unos 13 kilómetros pero no lo sé. No sé a qué velocidad fui y, la verdad, no me importa. Ahora toca descansar hasta el domingo.

En teoría, dentro de poco debería empezar a bajar el volúmen del entrenamiento. Pero, ¿qué volumen voy a bajar si nunca alcancé los kilómetros considerados normales para el entrenamiento de una maratón?

Contando la media del domingo, al final de esta semana habré hecho 18+13+21=52 kilómetros. Sólo han sido 3 días. La semana que viene procuraré salir a correr cinco días.

jueves, 3 de abril de 2008

Faltan 4 días para la Vig-Bay

Hoy salí a entrenar con luz de día, aunque regresé a casa de noche. Mi intención era hacer 10x1000 con recuperación de 2' pero, por una confusión con los pitiditos del odómetro, la cuarta repetición fue de 400 metros y la quinta de 1400.
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Las repeticiones las hice a 5'/km. Me costaba mantener el ritmo. A veces me iba por arriba, a veces por abajo. Entre el calentamiento, las repeticiones y el descalentamiento, al llegar a casa había recorrido 18 kilómetros. Me encontré bien de sensaciones y bastante animado, para variar.

miércoles, 2 de abril de 2008

Héroes Anónimos de la Zapatilla (II)

Aquí viene Marina, con su eterna sonrisa, con su mirada limpia y brillante, con esos ojos oscuros como el asfalto que durante tantos kilómetros ha pisado, con su cabello corto y siempre, siempre con una palabra amable en los labios.

Marina siempre tiene algo que contar. La ves hablando con todo el mundo. Antes de la carrera, mientras calienta, mientras corre y, sobre todo, cuando termina la prueba: que si los Nike Pegasus no le van bien, que si ha resbalado antes de la carrera y se ha dado un porrazo, que si el otro día se sorprendió a si misma estirando en la cocina con una sartén en la mano, que si es mejor sujetar la cinta del pulsómetro con esparadrapo de papel, que si no te animas a federarte, ... Si corres a su lado, los kilómetros van pasando sin darte cuenta. Le preguntas, ¿a cuánto vamos? Ella mira su Forerunner y te responde con una sonrisa. Entonces te enteras de que vas más rápido de lo que creías y de que no te habías dado cuenta. En mi caso, no sabía que podía correr tan rápido. ¡Si parece que estoy haciendo series de 400!
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Marina no es de las más rápidas, ni siquiera de las más constantes, pero tiene un corazón y una fuerza de espíritu que la arrastra hasta la meta. Ha ganado varios trofeos e incluso un diploma en la Maratón de Madrid. Pero no la oirás vanagloriarse de ellos. No les da importancia. Es una mujer sensata y sabe que lo más importante es disfrutar de las carreras y de los amigos que en ellas se hacen.
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Marina es una lianta de cuidado. Basta con que le tiente una aventura para que empiece a buscar compinches y consiga arrastrar con ella a una decena de compañeros de zapatillas. A la Behobia, al Mapoma o a la Maratón de Barcelona, a disfrutar del viaje, de la carrera y de la buena compañía.
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Su técnica de carrera es muy sencilla pero no está al alcance de todo el mundo. Ella va alcanzando objetivos discretamente durante la carrera. Alcanza a un compañero, charla un rato mientras se recupera y se marcha a alcanzar al siguiente. Y así continúa hasta llegar a la meta. Entonces, ¡oh, sorpresa!, le dicen que ha quedado de tercera, de segunda o incluso de primera de su categoría.
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Y, aunque suele ir sola a las carreras, Marina tiene familia a quien cuidar. Al salir del trabajo, su jornada laboral no termina ahí: atiende a su familia, su casa y saca tiempo de debajo de las piedras para salir a entrenar. Trabajo, familia, amigos, su casa y entrenamientos. No es de extrañar que esté delgadita.
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Marina es una Heroína de la Zapatilla y se merece un trofeo, no sólo por correr, sino por ser como es. Heroína anónima para la gran mayoría y gran amiga para los que la conocemos. Es un placer compartir el asfalto contigo.

Vig-Bay

Este domingo se celebra la Vig-Bay. Según la organización, este año seremos unos 2600 corredores tomando la salida. Aunque tan sólo es la novena edición, se ha ganado a pulso un hueco entre las grandes de Galicia tanto por participación como por calidad.

El recorrido es precioso, saliendo de la playa de Samil y llegando a Baiona tras haber recorrido los 21 km con las Cíes a estribor. En mi opinión es la media más bonita de Galicia, muy llanita (salvo dos pequeñas cuestecillas) y con el único inconveniente del viento. La organización es excelente, desde la recogida de dorsales hasta la llegada a meta, pasando por los avituallamientos ¡cada 2'5 km!

Este año seguro que también veremos en el podio al gran Elías Domínguez, compartiendo podio con los atletas keniatas que también se ven atraídos por el trazado de la carrera y por el importe de los premios.

Aún faltan muchos días, pero todo apunta a que tendremos un día precioso, con una temperatura agradable y un poco de brisa marina. Habrá que estrenar la crema solar factor 50.

Desde el foro de Correr en Galicia un buen número de foreros intentaremos pasar un buen rato disfrutando del sol, la brisa, la ruta y, sobre todo, de la buena compañía.
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Mis objetivos, como siempre, son muy discretos. Aspiro a hacer 1h 44' 59", a ver si por fin consigo llegar en menos de 1h 45' en una media. No creo que lo consiga. Supongo que no bajaré de 1h50' pero ahí queda eso.

martes, 1 de abril de 2008

Héroes Anónimos de la Zapatilla (I)

Antonio es un corredor de carreras populares. Empezamos juntos en este mundillo y juntos conocimos el foro de Correr en Galicia y a la panda de locos que en él escribe.
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Antonio es un corredor macizo y sólido, nada que ver con los flemillas que pululan por las carreteras quemando zapatillas. Cuando lo ves correr da la impresión de que ni siquiera un temporal podría arrancarlo de su ruta. Le importa poco salir a correr con lluvia o viento. Recuerdo un rodaje dominguero de 22 kilómetros con viento y lluvia intensa y cómo lo disfrutó el cabrón (con perdón).
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Sus entrenos son un poco como los míos, algo irregulares pero suficientes para mantenerse en forma. Entrena de noche, cuando buenamente puede y ha cumplido con sus obligaciones familiares. Visita al fisio regularmente y, hasta hace bien poco, también dedicaba tiempo al gimnasio.


.Los puertos de Vigo son su territorio: desde el muelle de contenedores, el puerto deportivo, el muelle de transatlánticos, el de transporte de ría, el de pesca de bajura, el de pesca de altura, hasta el astillero de Barreras. Estoy seguro de que ya se sabe el nombre de los barcos allí amarrados y que se sabe de memoria las tablas de las mareas.
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La última idea que se le metió en la cabeza fue que quería completar su primera maratón antes de cumplir los 40 y ¡vaya maratón que hizo el tío! Se fue a Barcelona y bajó de las cuatro horas sin ningún problema ¡y eso que no había desayunado!
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Antonio es un buen compañero, un gran amigo y un excelente conversador. Le encanta hablar con todo el mundo y tiene una conversación muy amena. Se apunta a un bombardeo, tanto a carreras como a comidas o a tomar unas isotónicas de lúpulo al terminar la carrera.
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Antonio es un héroe de la zapatilla, un héroe oculto y semidesconocido de los que hacen que ir a las las carreras populares valga la pena.

Día de descanso

Hoy tocó descanso ¿Por qué?

Porque sí.

Porque tengo agujetas en los cuádriceps.

Porque tengo una herida en un dedo del pie.

Porque se ha hecho de noche y no me apetece salir a correr.

Porque tengo los pezones doloridos y me da miedo ponerme el Leukofix.

Porque quería hacerme la cena con calma y no andar con prisa todo el día.

Porque me olvidé de ponerme las lentillas y me da pereza ponerlas para un par de horas.