martes, 30 de septiembre de 2008

Entrenamientos, Stephen Hawking e IKEA

El fin de semana estuve entrenando en Vigo. El sábado me tocó correr un largo de 70 minutos y, el domingo, series de 1 minuto a tope (vienen a ser algo así como series de 250 m). Algunas zonas próximas al río Lagares todavía huelen a «colada» por el vertido de los detergentes de hace unas semanas. Los patos ya se atreven con el río pero no he podido ver ningún pez.


El sábado por la tarde tuve una experiencia (no deportiva) única. Asistí a la entrega del Premio Fonseca otorgado por la Universidade de Santiago de Compostela (aka USC) al profesor Stephen W. Hawking. A continuación, Stephen Hawking impartió una conferencia a nivel divulgativo acerca de los agujeros negros. Ha sido algo alucinante. Cuando lo vi entrar en el Palacio de Congresos y Exposiciones, un escalofrío me recorrió la espalda. La charla fue amena y divertida, expresada a través del módulo de voz y subtitulada en gallego en una pantalla gigante. No os voy a dar más la tabarra con este asunto, pero quería compartir ese momento tan emocionante para mí.

Como todos ya sabemos, este domingo, Gebrselassie batió en Berlín el record del mundo de Maratón. Como ya ha sido comentado por todos, creo que no vale la pena perder el tiempo diciendo más de lo mismo.

El lunes, por motivos de trabajo, no pude ir a entrenar. Salí del chollo a las siete de la mañana para ir a IKEA de Asturias. Al mediodía cargamos el material más pesado en un camión. Por la tarde recogimos el material más ligero y lo cargamos en mi coche. A las diez y cuarto estaba entrando en el aparcamiento de mi trabajo. Entre unas cosas y otras, eran las once de la noche y aún no había salido. Me dio pereza modificar el entrenamiento en el miCoach y se me ocurrió una solución más sencilla: Atrasé el reloj 22 horas.

Hoy, que tocaba descanso, salí a entrenar. Fueron 30 minutos de trote ligero. Me pareció que las aguas del río Mero discurrían al revés. Pensé que sería un efecto óptico, porque una brisa suave iba a contracorriente. Cuando venía de vuelta, me fijé en unas hojas y unas ramas. ¡Iban río arriba! Supongo que sería debido a que la marea estaría subiendo ayudada por la brisa, pero el efecto era ciertamente curioso. Cuando terminé el entreno puse el reloj a las 23:59 y dejé que cambiara él solo de día. Un minuto más tarde lo puse en hora. El objetivo logrado fue el deseado.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Mis estiramientos



Esta es la rutina de estiramientos que sigo después de cada entrenamiento. La tabla la entregaron aparte con el número de septiembre de la revista Runner's, impresa en una cartulina. A estas alturas de mes supongo que estará agotada.

Pincha sobre la imagen para verla en grande.

martes, 23 de septiembre de 2008

Puesta de sol en O Burgo

Ayer tocaba entrenamiento de 70 minutos. Al final la cosa se alargó un poco más.

Empecé con los cinco minutos de calentamiento y vi como se acercaba a Alvedro un jet privado. A los pocos minutos vi salir de Alvedro un helicóptero volando hacia Ferrol. Asocié ambas cosas y, o era alguna personalidad (cosa extraña por la hora), o era Amancio Ortega. Seguí con el calentamiento y, antes de llegar al primer kilómetro, me paré a disfrutar de la puesta de sol. No pude resistirme a la tentación y le hice un par de fotos.

Reinicié el khenéfono desde cero y comencé de nuevo el entrenamiento. Cuando llevaba un par de kilómetros, sonó el khenéfono. Eran de telefónica por un parte de averías que había dado. Llamaban al número de casa, que tengo desviado a mi móvil, que tengo desviado al khenéfono mientras entreno. El coste de estar comunicado fueron dos llamadas por recibir una.

Terminé el entrenamiento bastante cansado. En parte era normal porque llevaba un par de noches durmiendo poco. Pensé en qué había ido a un ritmo bastante bajo. Me acordé de Fema, el megacrack que siempre dice que no comprende cómo se puede entrenar a un ritmo superior al que vas a competir. Tiene toda la razón del mundo. Espero ir mejor en la próxima carrera. Fema siempre ha demostrado ser una persona muy sensata. Hace tiempo que no lo veo. Espero, con la nueva temporada, coincidir con él en alguna carrera.

Al llegar a casa tocaron los estiramientos. Aprovechando que tengo la hoja escaneada (la imprimí y la plastifiqué con la plastificadora del Lidl) a ver si me acerdo y mañana la subo a internet (espero que los de Adidas no me denuncien).

lunes, 22 de septiembre de 2008

Me salté un entrenamiento. Cambio de zapas

El sábado me tocaba un entrenamiento de recuperación, de 30'. Como pasé todo el día con mi familia, no pude salir a entrenar. Tampoco me importó. Tengo muy claras mis prioridades. Pero, cuando volvía a casa cerca de las doce de la noche, me asaltó un pensamiento: «¿Qué me dirá la chica del khenéfono al saltarme un entreno?».

El domingo me conecté a la web de micoach para ver qué había pasado. Simplemente se había saltado el día, había borrado el proyecto de entrenamiento del sábado y no había modificado el entrenamiento del domingo. Probé a editar el entrenamiento y...¡voilá!, arreglé el asunto en un pispás. Lo configuré para que recomenzara el domingo con el entreno que me había saltado (los entrenamientos dentro de un planning están numerados). Actualizó el calendario completo y retrasó un día la finalización del plan. Tenía dudas de qué pasaría cuando participara un fin de semana en una carrera. Ahora ya lo sé. Me salto el entreno, lo paso para el día siguiente y todo en orden.

¡Me encanta este cacharro!

El domingo por la noche me calzé los Nike Triax 10, acoplé el sensor de velocidad y aproveché el rodaje para calibrarlo. Echo de menos la posibilidad de calibrado manual. Así, cuando cambiara de zapas, no tendría que recalibrar el maicouch con una carrera.

Las pulsaciones en reposo me han bajado bastante. Había vuelto a tener más de 60 y hoy las he medido y sólo tengo 52. El peso es lo que no da bajado.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Cosas que no me gustan del Micoach

Ya he dedicado bastante tiempo a las virtudes del micoach. Ahora voy a dedicarme a los defectos. Lo siento mucho, muchachos de Adidas, dejad de construirme la estatua que ahora viene «la parte contratante de la segunda parte».


Lo primero, y lo más negativo, es la fundita/brazalete para llevar el khenéfono. Para cerrarlo es un auténtico coñazo. Es un brazalete abierto para cerrar con velcro. Para tensarlo un poco es complicadísimo, salvo que uses los dientes. Y si no lo tensas bien, al moverse te va cantando tu velocidad, pulsaciones, etc, cada 10 segundos. En segundo lugar, es muy complicado meter el teléfono en la funda del brazalete cuando ya lo tienes colocado. En vez de ser un brazalete con un bolsillo hacia afuera, el bolsillo va entre las dos capas de tela, por lo que tienes que presionar contra el brazo para guardar el móvil. Para que no se mueva mientras corres (por el motivo arriba apuntado), el bolsillo es muy justito, con lo que se complica todavía más la operación. Para terminar de cagarla, en vez de ponerle un cierre de velcro, se lo han puesto de cremallera. Cada vez que tengo que guardarlo, sufro al ver la pantalla rozar contra los dientes de la cremallera. Si no lo haces con extremo cuidado, los botones se van pulsando y, algunas veces, he tenido que volverlo a sacar porque me había desconfigurado algo. Ya sé que la solución está en guardarlo primero y después colocarlo, pero todavía es más complicado. Y si tienes que coger el móvil durante el entrenamiento, te va a costar un huevo (u ovario) volverlo a guardar sin tener que parar. Yo he tenido que dejarlo a un lado y utilizo mi maravilloso brazalete de Nike.

Tengo que dar la razón (en parte) a los que hablan de problemas de calibración. En mi caso estoy tratando de modificar la pisada y, entre eso y que llevo los cordones un poco flojos, he perdido en parte la calibración. Ahora tengo un error de un 10%. Lo bueno es que siempre me da el mismo error, por lo que es más achacable a factores míos que a problemas del sensor. Este fin de semana ataré bien los cordones y lo calibraré de nuevo.

Puedes recibir llamadas mientras estás entrenando pero todavía no he descubierto cómo hay que hacer para llamar mientras entrenas.

Si se me ocurre algo más actualizaré este post.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Rodaje del miércoles

El sábado tocó rodaje de 70'. El domingo, series de 30". El lunes, rodaje regenerativo de 30'. El martes descanso. El miércoles me toca otra vez rodaje de 70', que haré por el paseo de O Burgo, allá por las 9 de la noche.

Cada vez me voy sintiendo en mejor forma. Sigo sin bajar peso pero ya sé que no debo tener prisa. En mi situación actual, forzar una bajada de peso a base de dieta no sería del todo bueno.

Una nota acerca del micoach: al detectar por primera vez el pulsómetro también registra el número de serie del mismo, por lo que no va a marcar las pulsaciones de un compañero de carrera que lleve el mismo modelo de pulsómetro.

martes, 16 de septiembre de 2008

Las matemáticas y el ritmo de carrera

Cuando tratamos de mejorar nuestra velocidad nos encontramos con que, cuanto más rápido corremos, más difícil es reducir los min/km. Aparte del esfuerzo que supone, los números también juegan en nuestra contra porque no estamos midiendo nuestra velocidad sino nuestro ritmo. Es decir, lo que nos importa es cuánto tiempo necesitamos para recorrer 1 kilómetro. Este dato es inversamente proporcional a la velocidad, por lo que nuestra mejora no es lineal.

Pongamos que corremos a 6'/km. Cuando conseguimos correr a 5'30"/km, hemos mejorado nuestra velocidad en 0.91 km/h. De 5'30"/km a 5'/km, conseguimos una mejora de 1.09 km/h. Etc.

Haré una tabla:

6'00"/km->5'30"/km => 0.91 km/h

5'30"/km->5'00"/km => 1.09 km/h

5'00"/km->4'30"/km => 1.33 km/h

4'30"/km->4'00"/km => 1.67 km/h

4'00"/km->3'30"/km => 2.14 km/h

3'30"/km->3'00"/km => 2.86 km/h


Nuestro tiempo en las carreras irá mejorando pero el ritmo al que corremos mejorará mucho más despacio.

Y, siendo así, ¿por qué usamos los min/km en vez de los Km/h o los m/s? Pues porque en las competiciones la distancia es fija y lo que varía es el tiempo que tardamos en recorrer la distancia. Los min/km son directamente proporcionales al tiempo. Es coherente que si tratamos de mejorar nuestra marca en una distancia, nos podamos medir en una magnitud directamente proporcional al objetivo buscado.

Por último, también nos vale como referencia para saber cómo vamos en una carrera de fondo. Es muy sencillo ir viendo los puntos kilométricos y, con un cronómetro en la muñeca, calcular la velocidad a la que vas rodando. Si vas en el kilómetro 4 y llevas 15'45" es fácil calcular que vas un poco por debajo de 4'/km, por ejemplo. Y, si vas calculando tiempos parciales, es todavía más sencillo saber qué velocidad estás llevando en cada kilómetro, al conocer el tiempo que has necesitado para recorrer cada 1000 metros.

sábado, 13 de septiembre de 2008

El río Mero y un momento de paz

El jueves tocaba un rodaje suave y relajadito de media hora. Como no tenía mucho tiempo, fui a rodar al mediodía por el paseo de tierra del río Mero, muy cerquita de donde yo vivo. El día estaba claro, con unas pocas nubes y una brisa fresca


Un pez saltó en el río. Y otro. Y otro. Me fijé bien y el río estaba abarrotado de mújoles. Nunca había visto tantos juntos. A lo largo de medio kilómetro debía de haber un millar de ellos. Se trata de un pez que me trae recuerdos de cuando era niño y que me produce una sensación de familiaridad, aunque yo haya sido en ocasiones su verdugo.


Iba muy suave para que el pulsómetro no me riñera, casi andando, mientras disfrutaba de la vista del río plagado de peces. Un par de ánades reales (vulgo patos) pasaron volando por encima. El sudor resbalaba por mi frente, bajo el sol de mediodía, mientras la música resonaba en mis oídos y mis pies iban devorando cada metro de camino. Todos los detalles se confabularon para hacerme disfrutar de unos momentos de paz, alejados del tedio de la rutina diaria, del trabajo, de las tareas cotidianas. Durante unos instantes la expresión «Correr nos hace libres» se hizo presente y real. Durante unos minutos fui feliz.

¡Me encanta correr!

viernes, 12 de septiembre de 2008

Planificaciones y traducciones en el micoach

Poco a poco voy descubriendo más cosas sobre el micoach. Ya encontré el entrenamiento para maratón. Tiene rodajes largos los domingos, como yo quería, incluyendo uno de 32 km. Empezaré en diciembre porque no puedo poner dos objetivos a la vez. Ahora estoy siguiendo un plan de «Mejorar para medio Maratón» porque se adapta mejor al tipo de entrenamiento al que estoy acostumbrado (salvo las series).

El micoach tiene la limitación de que te tienes que adaptar a los programas que lleva incorporados pero la ventaja de que puedes escoger un plan predefinido y seguirlo sin necesidad de planificar cada día. Puedes planificar día a día los entrenamientos de un mes, pero cada entrenamiento tiene que ser alguno de los que tiene programados el micoach (o entrenamiento libre). No se puede decir: 10 minutos con estas pulsaciones, 15 con estas otras, etc.

Otro problema menor que he encontrado es la traducción, que es un poco patatera. Han traducido Milestone (Hito: Mojón o poste de piedra, por lo común labrada, que sirve para indicar la dirección o la distancia en los caminos o para delimitar terrenos [según la RAE]) como Mile (Milla: 1.609 metros). Hay una opción para determinar cada cuánto tiempo quieres que te de información y por la mala traducción parece que la única opción es actualizar cada milla.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Series cortas

Después de un día de descanso, y con los cuádriceps todavía doloridos, hoy tocaron series de 30", lo que, traducido al cristiano, corresponden series de ciento y pico metros.

Primero un calentamento de 2 kilómetros, que aproveché para comprobar la calibración del khenéfono por mi recorrido habitual y perfectamente medido del Paseo de O Burgo. El resultado fue perfecto, por lo que no tuve que modificar el calibrado del khenéfono. Después de un par de estirameintos, comenzó el entrenamiento que consisitió en un pequeño calentamiento seguido de tres repeticiones de 3x30" con recuperación de 1' y recuperación de 3' entre repeticiones. Para finalizar, 7 minutos de descalentamiento.

Al llegar a casa, estiramientos, abdominales y algo de lumbares. No sé si mañana me habrán pasado las agujetas pero, por si acaso, he dejado el ibuprofeno a mano.

Las series, como ya he dicho, las hice en el paseo de O Burgo sobre las 8 de la tarde. Estaba a rebosar de gente paseando, que miraban pasmados como un barbudo que iba trotando despacito se ponía a correr como alma que lleba el diablo durante 30" para luego volver a trotar suavemente. Cualquier día tratan de ponerme una camisa de fuerza.

Para los estiramientos estoy siguiendo la tabla que venía con la Runners de este mes. Me van bien y son más completos que los que hacía habitualmente.

Estoy ganando peso, por lo que es posible que esté ganando masa muscular (creo que estoy comiendo lo mismo que siempre o incluso un poco menos).

El jueves toca rodaje de recuperación, por lo que intentaré entrenar al mediodía. Me apetecía mucho ir a la carrera de Ribeira pero me temo que no estoy en condiciones de ir allí. Y mucho menos a la carrera de Arteixo, que son 12 km. ¿Cuando volveré a correr? Quizá me anime el día 28 a O Grove. Tiene la ventaja de que no suele ir gente conocida y haré menos el ridículo. Si no, me apuntaré al 10.000 que hay en A Coruña el 12 de octubre. Y, como no, el último fin de semana de octubre hay que ir a la Pedestre de Santiago.

Tengo que comprar algo de ropa que creo que me ha encogido. Sobre todo las camisetas. Niños, no metáis ropa técnica en la secadora, que encoge XD La semana que viene me pasaré por Decathlon.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Rodaje del lunes y agujetas en los cuádriceps

Despues del calibrado del domingo y del posterior entrenamiento de 45 minutos por el paseo del Lagares hasta la playa de Samil, el lunes comencé el plan de preparación de medio maratón.

Como primer entrenamiento no estaría mal si no hubiera perdido todo el fondo que alguna vez tuve. Salí con agujetas en los cuádriceps y la dulce voz de mi entrenadora virtual me dijo que empezara a calentar. Al cabo de 5 minutos me pidió que aumentara hasta la zona de esfuerzo y que me mantuviera allí durante ¡60 minutos! Hubo un par de momentos en que me tuvo que recordar que acelerara, pero conseguí terminar el entrenamiento aceptablemente. Después me dio 5 minutos de descalentamiento a los que yo añadí otros 5 más por mi cuenta. El resultado fueron los cuádriceps todavía más doloridos. El ibuprofeno me ha aliviado un poco pero no lo suficiente. El martes toca descanso y el miércoles entrenamiento por intervalos.

Los cascos que vienen con el khenéfono quedaron en casa porque no me son cómodos. En cuanto empiezo a sudar se me escapan de los oídos. El lunes llevé los míos de siempre y mucho mejor.

Todavía no le tengo pillado el tranquillo a cómo y dónde hay que dar los dos golpecitos para que me de los datos cuando yo quiero (aparte de que, automáticamente, me los va dando cada cierto tiempo).

He estado curioseando un poco y me ha sorprendido el entrenamiento que marcan para maratón. No tiene rodajes más largos de 1 hora. Aún falta mucho para que empiece a preparar el MAPOMA pero, si no me termina de convencer, haré una programación a mi manera.

martes, 9 de septiembre de 2008

Calibración de distancia y velocidad de micoach

Por mucho que leí y releí las instrucciones del micoach no di encontrado cómo calibrar el sensor de zapatilla. Acudí entonces al recurso más habitual: la web. Aquí pude encontrar cómo hacerlo.

Para calibrar el micoach hay que buscar dos puntos separados una distancia exacta de más de 800 metros. A continuación se selecciona el programa de «Carrera Libre» y se echa a correr. Al llegar al segundo punto, hay que presionar el botón «micoach» (el que tiene el dibujito del señor corriendo) y mantenerlo pulsado hasta que aparece el «Resultado de Entrenamiento». Bajas hasta llegar a «Distancia» y aparecerá la palabra «Calibrar» en la pantalla (a la izquierda, abajo). Presionas el botón correspondiente y te aparecerá la distancia recorrida. Sólo te queda sobreescribir la cifra con la distancia real. Ya está calibrado.
Como no tenía controlada en Vigo ninguna distancia exacta, tiré del Google Earth. Tenía mis dudas acerca de su precisión, aunque siempre me pareció que era bastante exacto. Mientras estaba viendo la zona del río Lagares y el estadio de Balaídos me di cuenta de que podía calcular el error de Google con ¡las pistas de atletismo al aire libre de Balaídos! ¡La pista mide 400 metros exactos! Me puse manos a la obra. Puntito a puntito fui completando el circuito. El resultado fue de 400,68 m. ¡Fantástico! Eso da un error de 0,17%. Busqué dos puntos de referencia separados 1000 metros en el paseo del Lagares y me fui a Balaídos dispuesto a calibrar el khenéfono.

La calibración fue muy sencilla pero el ambiente era desolador. El olor a detergente, los peces muertos, la espuma cubriendo toda la superficie, los patos en las orillas, el paripé de la empresa que recogía la espuma pero que no podía detener el paso del agua envenenada camino de la junquera de la desembocadura y de la playa de Samil, la gente indignada con lo que estaban viendo, la espuma en la playa... Ahora deberían de obligar a la empresa contaminadora a recuperar el cauce del río, a repoblar sus orillas y sus aguas, a devolver al río lo que le han robado: su vida.

lunes, 8 de septiembre de 2008

micoach:Primeras impresiones

Ya he salido a entrenar con el micoach (en lo sucesivo, «khenéfono»). Salí a la calle con intención de calibrarlo. Le introduje mi peso, edad y frecuencia cardiaca máxima (el famoso 220-edad). A continuación puse el programa de «Evaluación» para que el khenéfono determinara mi pésimo estado de forma. Esperaba que me hiciera trotar un rato y quizás algún sprint.

Pulsé «Iniciar» y escuché una agradable voz femenina con un cierto acento a Tom-Tom que me decía con su voz suave pero inflexible: «Recorra 1600 metros en el menor tiempo posible». ¡Coño! ¡Así, sin calentar ni nada! Allá me ves a mí, corriendo como un desesperado para complacer a la chica del khenéfono. Como pude, terminé una milla que más bien parecía legua y media, con la legua de fuera... quiero decir... con la lengua de fuera. Pero la tortura no había terminado porque el contador seguía corriendo. Seguí trotando con la duda de si lo estaría haciendo bien y al cabo de un rato oí la voz diciendo que ya había terminado y que mi estado de forma era medio (esto no era del todo cierto, pero ya explicaré por qué más adelante).

A continuación hice mi primer entrenamiento con el khenéfono. Como llovía pensé en hacer unos 4 kilómetros. Programé el khenéfono para la distancia y me apareció una lista acerca del tipo de entrenamiento que quería hacer: que si potencia, fuerza, esfuerzo, resistencia o energía. Yo, de chulito, me dije para mí mismo: POTENCIA. Esperaba también un entrenamiento progresivo, o un entrenamiento por intervalos pero tampoco fue así.

Le di al botón de «Iniciar» y oí a la voz diciendo: «Aumenta velocidad hasta zona de intensidad máxima». ¡Coño, otra vez lo mismo! ¡Allá voy! Y empecé a correr, cada vez más rápido. La voz me volvió a decir: «Acelera hasta zona de intensidad máxima». Yo, cada vez, corría más rápido y la voz seguía insistiendo. Después de oir el mismo mensaje 4 ó 5 veces por fin oí el mensaje de que había alcanzado la «intensidad máxima» y que mantuviera la velocidad durante tres kilómetros. Yo iba echando los hígados por la boca y ¿tenía que aguantar así otros 3 kilómetros? Seguí como pude y, de repente, la voz acariciadora de la entrenadora me dijo: «¡Machote, baja un poco que te va a dar algo!». Bueno, en realidad me dijo algo así como «¡Afloja hasta zona de intensidad máxima!». Yo, obediente, aflojé un poco y al poco volví a oir la voz diciendo que ya estaba en la zona de intensidad máxima. Pero la cosa no iba a terminar ahí. Un minuto más tarde, volví a oir la voz diciéndome que apretara más. Yo apreté los dientes pero cuando comprendí que la voz quería decir otra cosa, aceleré hasta que la voz me dijo que iba bien. Otras dos veces me pasó lo mismo.

Por fin, la voz me dijo que había terminado. Recogí la lengua que la llevaba arrastrando por el suelo desde hacía dos kilómetros y la metí de nuevo en la boca. Entonces me di cuenta de que los kilómetros estaban mal medidos. Claro, ¡no había calibrado el sensor de velocidad! Por eso me había dicho que mi nivel era «medio». Seguí trotando un ratito más y di por terminado el entrenamiento.

Esta fue la gráfica del entrenamiento:

jueves, 4 de septiembre de 2008

Sensores de pie y acelerómetros: un poco de física

Antes de usar un sensor de zapatilla, las instrucciones indican que hay que calibrarlo. ¿Qué pasa? ¿Que no viene calibrado de fábrica? Pues sí que viene calibrado de fábrica pero tenemos que adaptarlo a nuestra zapatilla y a nuestra forma de correr.

Un objeto puede desplazarse según tres ejes: podemos mover un pie hacia delante o detrás, lateralemente hacia la derecha o la izquierda, o hacia arriba y hacia abajo. Cuando vamos corriendo la velocidad que nos interesa es la del avance. Por lo tanto es suficiente con que el sensor mida la velocidad en una dirección.

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Pero el sensor lo vamos a poner en la zapatilla con una cierta inclinación por lo que el acelerómetro va a detectar un movimiento menor que el de avance. Por eso hay que calibrarlo, para que le aplique el factor de correción adecuado según la posición en que se ha puesto en la zapatilla (según el ángulo que forman las flechas roja y amarilla: la aceleración en el sentido de avance es igual a la detectada por el acelerómetro dividida por el coseno del ángulo que forman las flechas) y la curva que describe el sensor cuando corremos (en función de nuestra zancada).



Al cambiar de zapatilla hay que volverlo a calibrar porque, aunque la curva que describe nuestro pie no haya cambiado, la posición del sensor en la zapatilla sí lo ha hecho.


Obviamente, el sensor no funcionará al hacer skipping o multisaltos, pero sí en circunstancias normales.

martes, 2 de septiembre de 2008

Como conseguir un Samsung F110 MiCoach por poco dinero


¡Sí, me ha llegado! Aún lo tengo sin desembalar pero ya está aquí. No me han pedido cupones ni del As, ni de la ONCE, ni nada de nada.

Para conseguir un Samsung MiCoach sólo tienes que contratar una línea de teléfono Vodafone (nueva, con portabilidad o pasar de tarjeta a contrato). Yo escogí una línea nueva. En la web pone que es una promoción que se consigue con los puntos del diario As, pero se trata de una promoción que ya caducó. En un par de días, SEUR te entrega el MiCoach en tu casita y no te pide nada.

Precio: 0 euros.

Coste mensual: 9 euros + IVA con compromiso de permanencia de 18 meses.

Total: Equivale a pagar 188 euros en 18 mensualidades. Además, tampoco es que pagues esa pasta. Simplemente tienes que gastar 9 euros al mes en llamadas. Y cuando se agote el compromiso de permanencia, puedes cambiarte a otro operador mediante portabilidad y conseguir otro móvil gratis.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Samsung MiCoach - segunda entrega

Me ha parecido tan absurdo lo de Vodafone y el MiCoach, que lo he pedido igual. A ver si cuando llegue me piden los cupones. 18 meses de permanencia, con 9 euros al mes de cuota mínima es un precio razonable por un cacharro de casi 400 euros. Debiera de llegar mañana o pasado.

Seguiremos informando...


Actualización: Me acaba de llegar un SMS donde me dice que me lo entregarán por SEUR en 24/48h.