viernes, 29 de agosto de 2008

Vodafone no quiere vender el Samsung Adidas miCoach

Acabo de flipar por colores. Hoy decidí comprar el Samsung F110 miCoach. Como la exclusividad la tiene Vodafone, entré en la tienda on-line de su página web. Había una notita en rojo que ponía que tenías que tener la cartilla y los cupones del diario Marca para poder adquirirlo por cero euros. Como no tengo la cartilla ni los cupones, ni los puedo conseguir porque la promoción terminó a mediados de agosto y la reserva de móvil también, llamo a Vodafone para preguntar cómo puedo conseguir el móvil, aunque sea a otro precio. La respuesta es que no puedo comprarlo sin la cartilla. Le explico a la señorita que Vodafone tiene la exclusividad en todo el territorio nacional, que la promoción ya terminó y que si no me lo venden ellos no lo puedo conseguir. La respuesta es la misma, que al ir a recogerlo me van a pedir la cartilla con los cupones y que sin cupones no hay móvil.

Así que Samsung ha sacado un móvil en colaboración con Adidas, le ha dado la exclusividad nacional a Vodafone, y Vodafone no te lo vende si no te has comprado un periódico deportivo durante un par de semanas. Es kafkiano. La realidad a veces supera a la ficción.

Pues yo me he quedado sin móvil y ellos se han quedado sin un cliente.

jueves, 28 de agosto de 2008

Cuando se acaban las vacaciones empieza el buen tiempo

Ayer fueron 44 minutos de trote. Hacía una tarde preciosa y calurosa, de esas que han escaseado tanto este verano y fue una gozada de disfrutar de unos kilómetros al atardecer. Todavía no estoy para ir a ninguna carrera. Me encantaría acudir a la cita de este sábado en Lestrove pero iría a hacer el ridículo miserablemente. Esperaré un poquito más antes de volver a las carreras.

Ya estoy bajando de peso. A causa de uno de esos misterios del cuerpo humano, desde el domingo hasta hoy he bajado casi dos kilos. No estoy haciendo dieta, pero tampoco me estoy inflando con las delicias cocinadas por mi madre o mi suegra. Aclaremos, mi mujer cocina muy bien y yo me defiendo en la cocina, pero las cantidades exageradas de comida que me he zampado durante las vacaciones ya han quedado atrás. Y ya no tengo a mi subconsciente infantil degustando la cocina de mamá ni a mis suegros ofreciéndome otro plato, preocupados por si no me gustaba la comida en el caso de que no «repitiera».

martes, 26 de agosto de 2008

Más trote cochinero

Sigo con los entrenamientos cortitos de 30/35 minutos a trote cochinero. Hoy aumentaré el tiempo a 45 minutos.

Lo de trote cochinero es muy relativo, porque un compañero de trabajo me dijo ayer que me había visto pasar «como una bala». Hay gente para la que ir a algo más de «caminar a paso rápido» se traduce en «ir como una bala» X-D

Recuerdo una escena de la película Air Bag donde mantenían una conversación uno de los protagonistas y la benemérita acerca de que el vehículo debería de haberse parado antes. Antes...¿en el tiempo o en el espacio? Igualmente, el entrenamiento debe ir en aumento. Aumento...¿en intensidad, en tiempo o en kilómetraje?

Obviamente, sólamente dos de los factores son variables. Quiero decir, que si fijamos uno de los parámetros, los otros dos son función uno de otro. Me explicaré, a igual de intensidad, cuanto más tiempo corramos, más kilómetros hacemos. A igual kilómetros, cuando más intenso corramos, menos tiempo nos llevará. A igual tiempo, cuantos más kilómetros hagamos, más intensamente habremos corrido. ¡Qué rollo me he largado! ¡Si parece la ecuación de los gases nobles, aquella que explicaban en química de P·V=n·R·T!

Tras leer acerca de cómo volver a empezar, todos las fuentes consultadas coinciden en dos puntos: primero, paciencia, y segundo ir aumentando paulativamente el tiempo o el espacio. Mejorar la velocidad queda para más adelante. Como es más fácil medir el tiempo, seguiré incrementando los minutos de rodaje para «conseguir una buena base» (eso es lo que dicen los libros).

domingo, 24 de agosto de 2008

Principio de temporada fallido

El viernes fui a recoger el dorsal a Baiona. Mientras estaba esperando mi turno, un corredor preguntaba a las chicas de la organización un par de datos acerca de la carrera. Las chicas no tenían ni pajolera idea, por lo que me brindé a aclararle al pobre hombre los detalles que preguntaba: salida, señalización, hidratación y perfil de la carrera.

Cuando volvía a Vigo, al pasar por Nigrán se me encendió un chivato del coche indicando que repusiera líquido refrigerante. Paré en «el» semáforo y vi que salía vapor del capó. Miré la aguja de la temperatura y ya marcaba 80ºC. Paré en cuanto pude y vi que salía refrigerante verde a chorros por debajo del motor. Lo demás ya lo podéis imaginar: llamar a un familiar para que recogiera a los niños, llamar al seguro para que me mandaran una grúa, etc. Para no olvidarme los dorsales los puse junto a los datos del seguro. Llegó la grúa, nos transportó a mi coche y a mí hasta el taller y dejé el coche para que me lo arreglaran. Al llegar a casa me di cuenta de que me había dejado los dorsales (míos y de mis hijos) en el coche.
Al día siguiente fui al taller. El hombre me dijo que se había rajado un manguito, que sólo lo tenían en el taller oficial de la marca y que estaba cerrado los sábados. El lunes, a primera hora, lo pedía, me lo colocaba y listo. Como hoy se me acaban las vacaciones y me vuelvo a Cambre, el hombre se ofreció a llevar mi coche, sin cargo alguno, y dejármelo en La Grela (A Coruña). Me despedí de él, agradeciéndole el inmejorable servicio y me fui volando a recoger las lentillas que había dejado reservadas y pagadas en la óptica. Más tarde, a la hora de comer, me di cuenta de mi gran despiste. Una vez más me había dejado los dorsales en el coche. En el taller no habría nadie hasta el lunes, por lo que este año me he quedado sin participar en la carrera de Baiona. Empiezo bien la temporada...

jueves, 21 de agosto de 2008

Arrancamos: El gato se despereza


Por fin estoy libre de la dichosa bronquitis. Ayer hice mi primer entrenamiento y hoy me encuentro renovado. Ha sido un año muy malo y un verano aún peor. Exceso de trabajo, stress, cansancio, pérdida de motivación y, para rematarla, a mediados de julio pillé un catarrito, supongo que a causa del aire acondicionado. Mi idea era comenzar a entrenar en vacaciones, pero el catarrito se convirtió en catarrazo mientras estaba de viaje en París y, al volver, tenía encima una tremenda bronquitis que la tuve que curar con antibióticos. El lunes estuve con mi amigo y cuñado José Manuel, un gran tipo que no lee este blog, que me dio ánimos para volver a empezar. Ayer, la puntilla me la dio mi amigo Antonio, cuando me habló de todas sus mejoras y de todos sus proyectos. Entre los dos han conseguido que el gato de desperezara y comenzara a afilarse las uñas: ayer salí a rodar.

Para no volver a cometer los errores de intentos anteriores, me marqué un objetivo de media hora por un recorrido sin controlar. No sé ni la distancia recorrida ni el ritmo. Di dos vueltas que me dejaron en la casa de mis suegros, donde estoy pasando unos días de sol y relax, en 36 minutos. Al llegar, estiramientos, una duchita y salir a cenar al puerto de A Guarda. Jornada perfecta. Me encuentro animado y sin agujetas. Me siento bien.

Voy a marcarme objetivos de participación para esta temporada:


Pedestre de Santiago

San Martiño de Ourense

Monumental de Lugo


Media de Ferrol

Vig-Bay


Mapoma

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¿Tiempos? Lo que den las piernas, pero mejorando marcas con respecto a la temporada pasada.


¡Arrancamos!