Día 14: ¿Rinitis No Alérgica?

Según mi Forerunner, hoy he alcanzado una velocidad punta máxima de 47543.6 km/h durante mi primer kilómetro. Como las máquinas no se equivocan nunca, y viendo estos resultados, voy a dejar el fondo y dedicarme a la velocidad. La Tierra gira sobre su eje, aproximadamente, a 1700 km/h. Si consigo mantener mi velocidad punta durante una hora, daré la vuelta al mundo en 50 minutos. Mi fantástico Forerunner tampoco consume nada de batería. Haga lo que haga, me sigue marcando 100% de carga ¡Es una joya!

Según he leído, es frecuente entre los que practicamos el atletismo, un aumento de casos de rinitis alérgica. Suponen que es debido a la exposición a pólenes, tubos de escape y contaminación atmosférica en general. Es curioso que también recomienden el deporte al aire libre para aliviar las rinitis alérgicas. Como decía el ciego al lazarillo de Tormes cuando el pícaro le robaba vino de la jarra: «¿Qué te parece, Lázaro? Lo que te enferma, te sana y da salud»

Dentro de las rinitis no alérgicas, hay un tipo de rinitis idiopática (que quiere decir que no tienen ni idea de por qué se produce ni cómo curarla) que es bastante frecuente entre los corredores. Estoy hablando de ese moquillo transparente que nos asoma por las fosas nasales cuando llevamos un rato corriendo. Como no solemos llevar pañuelos cuando salimos a correr, cada uno resuelve el problema con mayor o menor creatividad. Supongo que es algo parecido a las rinitis no alérgicas debidas a los cambios de temperatura.

Hoy salí a rodar por el fondo de la ría de O Burgo. Había niebla espesa. El rodaje fue suave y tranquilo salvo por la incomodidad del dichoso moquillo. El próximo día llevaré un pañuelo.