MAPOMA: EN CAPILLA

Después de un mes en que no encontré tiempo ni para actualizar el blog (casi ni para entrenar), se acerca la fecha de la catarsis madrileña. Por fin he superado la fase aguda de mi stress, ya han pasado los cumpleaños de los niños y sus múltiples celebraciones, el volumen de trabajo se ha estabilizado, los rodajes largos se han terminado y sólo me queda correr los 42 y pico.

¿Sensaciones? Me levanté con dolor de cabeza, tengo los tendones de Aquiles doloridos, un dolorcillo agudo en una rodilla, estoy cansado, esta semana sólo salí a correr 7 kilómetros, tengo sueño y necesidad de dormir. No es lo que se dice un estado de euforia pero sé que todos los males pasarán cuando esté corriendo por la Castellana y vea a Gebresselassie volando en sentido contrario (tengo que hacer cálculos para coincidir mi ida con su vuelta en el 10 mil).

Tengo pendiente escribir la crónica de la Vig-Bay pero creo que va a ser después de la crónica del MAPOMA. A grandes rasgos, el sábado cogeré un avión que me dejará en Madrid a las 8 de la mañana. Pasearé por Madrid e iré a un par de sitios concretos, seguro que a algún museo (¿arqueológico? ¿naval?). Visitaré la Feria del Corredor, quizá la Pasta Party. Por la noche iremos a cenar con una amiga a la que veo una vez al año. Al día siguiente, madrugar, ir a la kedada de Correr en Galicia, correr durante 4 horas, ducharme en el hotel, y después de comer y dar un paseo por la tarde, coger un avión que me traiga de vuelta a Galicia.

Muchas gracias a todos los que me habéis apoyado y dado ánimos. Durante la carrera me animará recordar los entrenos por el Paseo de O Burgo, las veces que me he cruzado con los miembros del Panadería D'Osedo, los rodajes por Vigo a orilla del mar, a los miembros del CARMA, pensar en que Antonio irá haciéndome de liebre unos kilómetros por delante, los consejos de Martín Fiz, a los amigos que he ido haciendo en este mundillo, a mi familia, a mi chica que irá apareciendo por el recorrido y que es como un balón de oxígeno y, sobre todo, pensar en mis hijos.

No me siento preparado para el domingo pero...

MAPOMA,

¡¡¡ALLÁ VOY!!!