El lunes por la noche hacía un tiempo de esos en que apetece quedarse en casa oyendo como cae la lluvia mientras estás calentito en el salón. A mí, en cambio, me tocó un entrenamiento de 2 horas a «bajas revoluciones» con el que completé 18 kilómetros.
Llovió e hizo frío y viento. Llevaba varias noches durmiendo mal y el cansancio se hizo notar a mitad de carrera. Llegué a casa cerca de las 11 y media de la noche, aterido de frío y con las manos heladas, pero con la satisfacción de haber superado el reto de ese entrenamiento.
Hoy, martes, me lo tomaré de descanso y mañana volveré a entrenar. Creo que es preferible perder un entrenamiento que «forzar la máquina» saltándome días de descanso.
Llovió e hizo frío y viento. Llevaba varias noches durmiendo mal y el cansancio se hizo notar a mitad de carrera. Llegué a casa cerca de las 11 y media de la noche, aterido de frío y con las manos heladas, pero con la satisfacción de haber superado el reto de ese entrenamiento.
Hoy, martes, me lo tomaré de descanso y mañana volveré a entrenar. Creo que es preferible perder un entrenamiento que «forzar la máquina» saltándome días de descanso.
2 comentarios:
No esta nada mal para estar cansado, que fuerza de voluntad, estos entrenos son los que más prestan. Un abrazo.
Lo que más me prestó fue la cena ( asalté la nevera y devoré lo que encontré) y la duchita caliente ;-D
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