Tras mes y medio con dolor en la rodilla izquierda, ya no pude aguantar más. Los escalones eran pirámides y las cuestas montañas. La rodilla emitía chasquidos y me dolía tanto que me hacía cojear. Con el tiempo iba empeorando. Las pocas veces que salía a trotar, me iba doliendo y, aunque parecía que al finalizar me aliviaba un poco, era algo temporal y volvía el dolor. Hace unos días, mi chica me insistió una vez más en que tenía que buscar ayuda profesional. Le tuve que dar la razón (al final siempre la tiene) y hacerle caso.
Recordé cuando, hace años, había ido a mi médico de cabecera con lo que resultó ser el síndrome de la cintilla iliotibial. Tras examinarme me dijo: «Si te duele al correr, cambia de deporte». Sin comentarios. Lo fui curando yo solo con ibuprofeno, frío, estiramientos y combinar trote con andar.
Podría pedir un volante para el traumatólogo pero tampoco me parecía una buena idea tener que esperar varios meses para que me atienda y que me recete antiinflamatorios.
Recurrí entonces a los que podrían ayudarme y que seguro que me entenderían: los amigos de la zapa y el asfalto (y la tierra, que alguno es «machaca» del monte y los trails). Todos los que no estaban de vacaciones se molestaron en ayudarme y darme sus recomendaciones según sus experiencias. Se lo agradecí muchísimo. Me resultó de especial interés la respuesta de Miguel. Me dijo que él iba a una clínica de fisioterapia que quedaba cerca de mi casa, que trabajaban hasta las 10 de la noche y que no eran caros. ¿Qué podía perder? Llamé un lunes a última hora de la tarde, pedí cita para las 8 de la noche y quedamos para el miércoles.
2 comentarios:
Ese problema tuyo en la rodilla es que llevé conmigo a medias el año pasado a la maratón nocturna de Bilbao... sí, esa en la que me tuve que retirar si no quería morirme del dolor y de los tirones que me arrancaban la rótula de cuajo de su sitio.
Ya veo que has tomado medidas a tiempo. Enhorabuena, campeón!!!
Bueeeeeno. Eso todavía está por ver ;-D
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