Un año más, participé en la San Silvestre Solidaria en Castrelos cuya cuota de inscripción es de un kilo de alimentos no perecederos. Según dijeron por megafonía se recaudaron unas cuatro toneladas y media para el Banco de Alimentos entre los mil y pocos corredores que participamos.
La carrera fue alegre y festiva con muchos corredores con gorritos de Papá Noel o de reno, así como disfraces diversos. Entre los corredores había familias con niños, gente solidaria que participaba andando, parejas de canicross y gente de todas las edades y condición física. Mientras todavía corríamos, comenzó el sorteo y los dorsales premiados los fueron anotando en una pizarra. El premio estrella fue un enorme jamón serrano. Al llegar a meta nos daban agua, refrescos y plátanos. En cuanto se terminó el sorteo, abrieron las puertas del auditorio de Castrelos para tomar el chocolate con roscón, más plátanos y cheetos. Esta carrera es una fantástica excusa para terminar el año de manera solidaria y para despedirnos de los amigos corredores hasta el año que viene (o, lo que es lo mismo, hasta mañana).
2 comentarios:
Como todos los años una experiencia gratificante... esta año más aún porque mi pequeñajo corrió unos 3 km. a buen paso. Ya sabe por experiencia lo que son las agujetas. ¡Pobrecito, lo que le queda!
;-)
No me puedo creer que ese ferrote de niño tenga agujetas XD
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