La vida está llena de momentos agridulces. En el mismo post encaja un momento de profunda tristeza como es el fallecimiento el pasado jueves de la madre de Miguel, vecino de la blogosfera, personaje mediático, corredor de maratones, amigo, compañero y, sobre todo, una gran persona con un corazón que no le cabe en su enorme pecho, corazón que ahora está roto y que tardará bastante en cicatrizar ¡Ánimo Miguel!
Por otra parte, hoy es el día de felicitar a mi amigo Antonio que, con su esfuerzo, con su constancia, con su fortaleza de espíritu y con sus dos cojones, ha terminado su segundo maratón en 3h36', bajando unos 20 minutos de su primera incursión en la distancia. Enhorabuena amigo. Te has rodeado de una gente estupenda y, entre todos, habéis convertido vuestras ilusiones en una realidad. Un recuerdo especial para mi tocayo, al que un accidente truncó sus ansias de participar en el Maratón de Oporto y lo convirtió en el mejor animador de la competición. Antonio, meu, tienes alma de campeón. Muchas felicidades.
En tercer lugar, contaros que hoy salí a rodar con liebre. Mi hijo de 8 años me acompañó con la bici durante los diez kilómetros que duró el entrenamiento. Vimos garzas, cisnes, un cormorán, gaviotas choronas y argenteas, y una manifestación que reivindicaba una ría limpia y sana. El día estaba claro y un poco ventoso, y me sentí muy bien compartiendo unos minutos de ejercicio con mi vástago.
Por otra parte, hoy es el día de felicitar a mi amigo Antonio que, con su esfuerzo, con su constancia, con su fortaleza de espíritu y con sus dos cojones, ha terminado su segundo maratón en 3h36', bajando unos 20 minutos de su primera incursión en la distancia. Enhorabuena amigo. Te has rodeado de una gente estupenda y, entre todos, habéis convertido vuestras ilusiones en una realidad. Un recuerdo especial para mi tocayo, al que un accidente truncó sus ansias de participar en el Maratón de Oporto y lo convirtió en el mejor animador de la competición. Antonio, meu, tienes alma de campeón. Muchas felicidades.
En tercer lugar, contaros que hoy salí a rodar con liebre. Mi hijo de 8 años me acompañó con la bici durante los diez kilómetros que duró el entrenamiento. Vimos garzas, cisnes, un cormorán, gaviotas choronas y argenteas, y una manifestación que reivindicaba una ría limpia y sana. El día estaba claro y un poco ventoso, y me sentí muy bien compartiendo unos minutos de ejercicio con mi vástago.
1 comentario:
¡Capullo! Fixechesme agromar unha bagoa nos ollos... iso non se lle fai a un amijo. Grrrrr!!!
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