martes, 10 de marzo de 2009

24 kilómetros

El sábado hice 9 kilómetros pero el domingo no pude salir a correr, por lo que el «largo» lo hice ayer lunes. Me metí 24 km entre pecho y espalda.

Tuve un pequeño problema: no llevé bebida. No hubiera sido demasiado grave si no fuera por otro pequeño detalle: los primeros seis kilómetros los hice con mi compañera de trabajo a 10'/km. Con lo cual, cuando empecé a correr solo, ya llevaba 1 hora de carrera.

El entrenamiento duró 3 horas y fue durísimo. Sobre las nueve de la noche hubo un bajón de temperatura tremendo y se levantó una brisita incómoda. Durante los últimos 3 kilómetros pensé en terminar andando. Claro que si fuera andando tardaría más en llegar a casa y continué arrastrandome a un trote lastimero. El khenéfono se quedó sin batería a falta de menos de 2 kilómetros. El pulsómetro comenzó a dar valores raros (creo que también se le está agotando la pila) pero por fin llegué a casa, agotado, tambaleante, medio deshidratado y con el cuerpo helado.

Creo que es hora de sacar del armario el cinturón de hidratación.

2 comentarios:

Grimo runner dijo...

Yo la verdad que siempre que hago alguna tiradita larga ( de más de hora y media) siempre llevo cinturón con agua. A veces no bebo si quiera pero saber que no lo llevo parece que me da más sed todavía. Un abrazo.

banderas dijo...

¡¡Animal!!... ten más cuidado con esas cosas, que te puede dar algo... y estando solo ahí puede ser más jodío aún. Hazle caso a Grimo runner y llevate algo. Si no tienes cinturón para una botellita te presto el mío. ¡Sigue así, campeón, que está en el bote!

¡Un abrazo, chavalote!