Llevo dos meses preparando la Maratón de Madrid. Estoy siguiendo (más o menos) un plan de entrenamiento de tres meses que encontré aquí.
La semana pasada me fui de vacaciones de Semana Santa a Bristol y me llevé de viaje las zapatillas. Salí a rodar dos días (lunes y miércoles) por las calles de Bristol, hora y cuarto cada día. En Inglaterra anochece antes y hace más frío que en Galicia. No esperaba encontrame con más gente corriendo y me llevé una sorpresa cuando vi a otros corredores rodando por la noche. No eran muy sociables y no respondieron a mis saludos. Entre los dos días debí de hacer unos 25 km.
El domingo estuve en Vigo y me dispuse a hacer un rodaje largo por el recorrido de la Vig-Bay (carretera de la costa entre Vigo y Bayona). Mi intención era hacer 30 km (15 de ida y 15 de vuelta). Cuando ya llevaba recorridos cuatro o cinco kilómetros me di cuenta de que había cometido el error de no llevar bebida. Cuando ya llevaba algo más de 13 km, vi un cartel que indicaba que La Ramallosa estaba a 4 km. Allí seguro que había alguna fuente. Así que me decidí a continuar. Llegué, vi y bebí. Me hice una foto y de vuelta a casa. Aunque he tenido pájaras en entrenamientos cortos, nunca lo había tenido en uno largo y tenía curiosidad con encontrarme con el del mazo. Pasé los 30 y no lo encontré. Al final llegué a casa habiendo recorrido la distancia más larga que nunca había hecho: 36,6 km. No encontré el muro y quedé muy satisfecho pensando que sólo me había quedado a 5,5 km de completar la maratón y me dio confianza en que podría terminarla. Al mediodía comí y bebí como un cosaco (aparte del medio litro de isotónica que me había engullido al llegar). También me llevé de regalito una quemadura solar en la nuca, en el espacio de piel que deja al descubierto la camiseta.
Total semanal: 61 km
El lunes fue de descanso. Noté cargados los cuádriceps y los abductores. También noté una pequeña molestia debajo de la rodilla. El martes por la mañana los músculos estaban bastante recuperados pero la molestia de la rodilla se había convertido en un pinchazo doloroso. Aún así, salí a rodar por la noche. Hice 10,5 km y tuve dos momentos de dolor. No quise forzar y fui muy suave. Por la mañana, dependiendo de la postura, me seguía doliendo. Tomé un comprimido de ibuprofeno 600 y me apliqué Traumeel en la zona dolorida. A media mañana me volví a echar más pomada. De momento no me duele. Estoy dudando si salir por la noche a hacer unos kilómetros o darle un día de descanso a la rodilla. Casi seguro que haré lo segundo.
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