El entreno se me hizo llevadero. Diez kilómetros y pico donde fui notando las mazaduras de mi experiencia patinadora. La música de M-80 me acompañó durante el rodaje: un especial sobre Seal, seguido de «Jazz Tamos Aquí». Hacía frío y llegué a casa con el cuerpo helado.
Tras las fiestas navideñas, volvemos a la rutina. Comenzaré a seguir el plan para el MAPOMA. Estoy entrenado con el plan de Rodrigo Gavela, usando el khenéfono y el Forerunner. Este segundo khenéfono es más educadito que el primero. El otro me decía: «¡Reduce hasta la zona azul!». Este me dice: «Please, slow down to blue zone». Será tan exigente como el antiguo pero, por lo menos, me lo pide por favor ; D
2 comentarios:
Yo he decidido que prefiero correr sin música... y es que tenía la fea costumbre de variar mi ritmo de carrera adaptándolo al de la música y claro, eso no me resultaba sostenible... así que me quedo con escuchar lo que me dice mi cuerpo:
- ¡Desgraciado, dale caña!
- Mamón, ¿quién te dijo que fueras tan lento?
...y finalmente...
- ¿Quién me mandaría a mi meterme en estos jaleos?
XDDDD
Hace tiempo que no corría con música. Correr me evade y me relaja pero, cuando empieza el cansancio (que en estos momentos sucede muy pronto), los kilómetros de la vuelta a casa se me hacen interminables. La música me ayuda y me acompaña.
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