domingo, 12 de diciembre de 2010

VOLTA Á RÍA DE FERROL: EL FONDO DEL POZO

Siempre he tenido la idea de que llegar al fondo del pozo no es malo. Una vez que estás ahí, el único camino posible es hacia arriba. Patada en el fondo y... hacia la superficie. Hoy he tocado fondo en lo atlético. Esta mañana he corrido la media maratón Volta á Ría de Ferrol. Quizá debiera dejar los siguientes datos para más adelante, para dar un poco de tensión al relato pero lo vergonzoso hay que escupirlo pronto para que no amargue en la boca: llevaba sin salir a correr 41 días y he llegado en último lugar.

Desde la Pedestre de Santiago no he vuelto a calzarme las zapas. ¿Pereza? ¿Dejadez? ¿Excusas? No sé. Quizá sea un poco de todo o nada de eso. El caso es que hacía mucho tiempo que quería volver a correr esta media con el «sabor» de salida y meta en Ferrol (como diría Kandpalleiro). Me inscribí la semana pasada y me propuse salir a correr un par de días pero no lo hice. En el puente fui a pasar unos días a Lisboa y, aunque llevé la ropa, tampoco salí. Pero el domingo sucedió algo. Cuando iba a salir del hotel miré por la ventana para ver qué tiempo hacía y vi a un montón de corredores disputando una carrera. Bajé a animar (¡força!) y me enteré de que era la Maratona de Lisboa. Algo hizo clic dentro de mí y comencé a sentir un cosquilleo que se convirtió en picazón que a con el paso de los días se fue transformando en prurito y una comezón que me abrasaba por dentro: tenía que volver a correr. Por motivos diversos no salí a correr esos días lisboetas y, al volver a España, cualquier entrenamiento iba a ocasionarme más perjuicio que beneficio para correr el domingo.

El sábado por la tarde le dije a mi chica que qué le parecía si el domingo iba a correr una media. La cara que puso lo dijo todo. Después se dio cuenta que me refería a la media de Ferrol. Ella siempre me apoya y lo hizo una vez más. Por la noche incluso me recordó sutilmente que no me olvidara de poner el despertador. 

Domingo, 8:30. Suena el despertador. Me había acostado un poco tarde y la niña se despertó (y nos despertó) 5 veces por la noche (que yo me haya enterado). Mi chica se ocupó de atenderla pero no por ello dejó de ser una noche dormida a saltos. Desayuné y me preparé. Consciente de mi lamentable estado de forma decidí no llevar la equipación para que no relacionaran al club con mi patética actuación. Mi hijo se despertó y me dijo con cara de extrañeza: «¿Vas a una carrera?». Le dije que sí y el me contestó con gesto de comprensión: «Vas a Ferrol».

Durante el viaje en coche disfruté de un viaje tranquilo en un precioso día de invierno con temperaturas otoñales. Poco antes de aparcar, vi pasar a Lolo Penas charlando muy animado con una chica. Después me enteré que no competía. Fui a buscar el dorsal y me crucé con tres keniatas calentando. Otros tres keniatas los saludaron con grandes sonrisas. Recogí el dorsal y me encontré con muchas caras conocidas: Beauvais y Canido, compañeros de club a los que expliqué a grandes rasgos las razones por las que no llevaba la equipación, con el gran Jotaeme, con Pipe, Toledano,  Oscar Runner, Pajaro Azul, Rubenigui, Ezeq, Montxo, RoyOrbison, etc, etc. 

Calenté con Jotaeme y fuimos juntos hasta la salida. ¡Pam! Salimos y no me encuentro mal del todo. Veo a Marola y charlamos un par de minutos. Se va y yo continúo, controlando mi ritmo y mi respiración con la intención de acabarla con dignidad. ¡Qué iluso! Antes del kilómetro 10 ya había parado a orinar dos veces (no acostumbro a hacerlo). Las breves paradas me dejaron las piernas temblando y comencé a ser consciente de dónde me había metido. Mes y medio sin entrenar, partiendo de un estado de forma mediocre y, para comenzar, participo en una media. ¡Estoy como una cabra! Por el kilómetro 13 me encuentro con Chema y los correlegas del Panadería D'Osedo. Seguimos juntos, charlando. En el 14 y pico adelantamos a Toledano, que iba andando. En el 15 me deje ir hasta donde estaba Toledano. Lo vi con ganas de abandonar y cometí la crueldad de animarlo para intentar llegar juntos hasta la meta. Yo iba con el piloto automático. Me dolían los abductores y los piramidales. El resto de los músculos simplemente eran de madera. Traté de ayudarle a que acompasara la respiración y a que regulara un poco. Supongo que me odiará.

En el kilómetro 17 comenzó la auténtica tortura. Detrás de nosotros iban dos ambulancias y el coche escoba. Me costaba dar cada paso. Me costaba inhalar el aire. Toledano les pidió agua a los de una ambulancia pero no tenían. ¡Increíble! Kilómetro 18. Kilómetro 19. Iba cantándole a Toledano lo poco que faltaba hasta la meta. Mi cuerpo me pedía abandonar, tumbarme en una acera, sentarme en los mullidos asientos del coche escoba pero la cabeza no le dejaba. ¿Abandonar? Esa palabra no existe. No me encontraba tan mal como para caer desvanecido. Simplemente era dolor. Recordé los últimos kilómetros de las maratones. Las sensaciones que «disfrutaba» eran iguales, si no peores. Paso a paso fuimos recorriendo los últimos metros. Pasado el kilómetro 20, las ambulancias se marcharon. Desde el coche escoba nos dijeron que llegaríamos con el control cerrado pero que nos esperaban en meta. Me ofrecieron agua. Bebí algo menos de  media botella y le ofrecí el resto a Toledano. Ya se ve la plaza. El público y los otros correlegas nos aplauden. Veo la meta. Un poquito más y acaba el dolor. Cruzamos la meta. Entre risas, les digo a los jueces que ya pueden recoger todo, que los últimos ya hemos llegado. Se ponen a charlar conmigo y luego me indican que vaya a recoger la bolsa del corredor, antes de que recojan todo. Como siempre, una pasada. Un maletín para llevar un portátil, una fantástica toalla, una camistea técnica, una barrita energética y un Aquarius (pedí otro, porque sabía que no se lo estaba quitando a nadie). Charlé un rato con Pipe y demás «Esprintes» y, tras despedirme con un apretón de manos de Toledano, me dirigí cojeando hacia el coche.

Y esta fue la crónica de mi patética participación en la Volta á Ría de Ferrol. La próxima será mejor porque no puedo imaginarme nada peor a lo que sufrí hoy. Nos vemos en el asfalto.     

13 comentarios:

Xiamenfroi dijo...

Hola Khene.

Tío, si levas 41 días sen sair a correr non me extraña que sufriras tanto: pero si son eu, xa quedo tirado na ponte de Xubia no km 8. E non é vergoña ningunha chegar o último, quita a cariña no post de CeG: eu cheguei de último 2 veces en 2 carreiras e levei os maiores aplausos. O mellor de todo: a coraxe que demostraches en todo momento, o exemplo que eres de que a mente domina o corpo. O peor: que te podes lesionar de gravidade, ben o sabes...

Unha aperta.

Unknown dijo...

Ánimo Khene, só che digo que fuches o último dos que chegaron e o último dos que o intentaron (moitos outros nin o intentaron e supoño que algún nin chegou), pero chegaches e demostras unha grande fortaleza mental.... Espero que che volva picar o "gusanillo" e volvas ter gañas de adestrar, non te quero ver preto das miñas posicións naturais, eh? que ese non é o teu sitio. Unha aperta!!!!

Oscarunin dijo...

aNIMO kHENE , COMO tu dices... desde abajo solo hay un sentido... hacia arriba.
Pundonor, y sacrificio el demostrado por ti e incluso Toledano..
a veces eso tiene mas merito que llegar primero.. y seguro que curte e imprime caracter
sau2

Felipe Iglesias dijo...

¡Alégrate! si miras la clasificación te darás cuenta de que no fuistes el último... alguien se debió colar entre tú y toledano.

Toledano te está muy agradecido por haberlo acompañado hasta meta, cree que, si no fuese así, hubiese abandonado.

chema dijo...

Anímate: aunque haya sido como un parto ,creo que es peor dar a luz (y dura más de 2 horas). La próxima charlaremos más rato ;-)

Antonio Martínez dijo...

Se estiveste no pozo e non afogaste... agora, poñer as pilas e a recuperarse, campión

khene dijo...

Sigo dolorido pero satisfecho por no haber abandonado. Hoy toca descanso y mañana rodaje. También hoy me he apuntado a la Monumental de Lugo (mi chica ha rehusado a hacer comentarios sobre este último asunto) y no tengo intención de llegar en último lugar.

Gracias por los ánimos y por los apoyos. Especialmente a ti, Chema, y a los correlegas de Panadería D'Osedo por haberme hecho más llevaderos los kilómetros compartidos en Fene.

Gracias a todos. El próximo post será muy distinto a éste.

Un abrazo

Felipe Iglesias dijo...

Nos vemos, entonces, en Lugo.
Allí estaremos jotaeme y yo defendiendo "la roja" (si Dios quiere la estrenaremos oficialmente) junto a un nuevo componente.

Nos vemos! Ánimo!

Xiamenfroi dijo...

Animo Khene, nos vemos en Lugo, espero coñecerte.

Un saúdo.

ojordo dijo...

Llegar de ultimo??? correr lento??? agujetas??? musculos de madera???..mmmmm eso me suena...Recuerda una cosa amigo:
Ir despacio es la nueva velocidad...Ya nos veremos, ;O)

Marina dijo...

Si hay algo peor que llegar de último: desmayarse!!!!
Eso lo hice yo... jejejjje..

Enhorabuena por acabar. Ahora a entrenar para Viana (30 de Enero,creo)

Bicos.

Grimo runner dijo...

Yo también estuve el puente en Lisboa y corrí la maratón. Anda que si te veo animando lo flipo. Un abrazo y estas loco, una media sin haber corrido en tanto tiempo. Eres un crack. Un abrazo.

banderas dijo...

¡Adiante!. Sempre adiante. Un paso tras outro ata chega á meta. Ese é o obxectivo, meu. Agora que xa estiveches abaixo todo é para arriba e para adiante. Amodiño e boa letra.

¡Unha aperta, rapaz!