«Hace mucho que no actualizas el blog», dijo mi chica hace unos días. Ella misma se contestó diciendo: «Claro, tampoco tienes nada que contar». Y era cierto. Llevaba un montón de tiempo sin salir a correr. A veces hacía un rodajito que me dejaba exhausto y volvía a caer en la desidia.
Pero todas las cosas tienen un final y mi pereza también. Las cosas buenas te empujan hacia adelante y las malas intentan detenerte. La primera cosa buena fue que mi chica nos apuntó a toda la familia a la piscina. Hacía años que no nadaba más que unas brazadas en la playa de vez en cuando pero este verano había estado en un hotel con piscina y jugando, jugando con los niños, fui recuperando el gustillo por nadar. Cuando mi chica nos apuntó a todos, superé mi timidez inicial a todo lo nuevo y me aventuré a ponerme en remojo. Mi espalda necesitaba fortalecerse para evitar que mi escoliosis fuera a más y lo tomé como una rehabilitación o una necesidad ¡Qué os voy a contar! El primer largo que hice me dejó jadeando agarrado al borde de la piscina (no, no me refiero al socorrista, que es un chaval que aparenta ser muy majo). Poquito a poco fui adquiriendo la costumbre de ir a nadar dos o tres días a la semana, algunos días con los niños, otros solo. Todavía no soy capaz de nadar más de 25 metros seguidos pero todo se andará (o se nadará). Claro que, ya puestos, ¿por qué no ponerme a correr un poquito al salir de la piscina? Así fue cómo empecé. Los primeros rodajes fueron patéticos. Cuatro kilómetros eran sufcientes para dejarme fuera de combate. Y no es que fuera muy rápido. Entre 6' y 7'/km. El cuerpo iba como a cámara lenta del cansancio de la piscina. Las piernas iban bien y el pecho era el que fallaba. El 19 hice algo menos de 4 km. El día 20, 4 km justitos. El 23, 4 km y 400 metros. El día 26 sucedió la segunda cosa buena.
El 26 de septiembre se disputaba la segunda edición de la Media Maratón de Vigo (no homologada, pero bien medida). Yo no me encontraba suficientemente bien para correrla y terminarla satisfecho (lo cual no tiene nada que ver con el tiempo que pudiera hacer sino con las sensaciones durante y después de la carrera). El 25 habíamos quedado con nuestros amigos Antonio y familia y él me sugirió que me acercara hasta la meta para recoger la equipación del club, la famosa «negra». Le dije que iría y le mandé un SMS al presi para que la llevara. El domingo me vestí de corto y fui trotando hasta la zona de la salida/meta. Al cabo de un par de kilómetros, un escalofrío recorrió mi espina dorsal: me vi en medio y medio de la carrera. Hice una estimación por la hora que era y el ritmo que debería llevar Antonio, y me situé en sentido contrario a los corredores que venían del Náutico. Pronto vi a un par de conocidos y les saludé. Me miraron con cara rara, como si pensaran que estaba en la carrera y que había abandonado. Empecé a animar a los conocidos. Al poquito apareció Antonio al lado del presi. Corrí un momento a su lado y crucé unas palabras con ellos. Les dejé irse y seguí caminado hacia el Náutico. Empecé a ver a un montón de conocidos y me dije: «Voy a animar a los que de verdad lo necesitan, a los de la cola». Así hice. Fui animando a todos los que iban pasando, hasta que pasó el último. Muchos agradecían mis palabras de aliento con un gesto y algunos mostraban un gesto como diciendo «¿De qué va este chiflado?». Como iba a tener que esperar a que llegara el presi, crucé la calle y me puse a animar a todos los que iban pasando a mi altura, a un par de kilómetros de la meta. Leía sus nombres en el dorsal y, a algunos, los animaba por su nombre. De vez en cuando veía a algún conocido y lo animaba más efusivamente. A otros los acompañaba corriendo a su lado mientras les deba palabras de aliento o los pinchaba con algún comentaría sarcástico, que tanto él como yo sabíamos que era mentira. Pasó Antonio y me puse a su lado. Me dijo que el presi iba detrás y que le echara un cabo. Le dejé irse y esperé al presi que llegó un poquito después. Me pegué a él y fuimos corriendo y charlando, a 5'/km. Cuando faltaban 300 ó 400 metros para la meta, me despedí de él, salí del recorrido e hice un sprint para animarlo en la llegada.
En la meta me encontré con muchos amigos y otros tantos conocidos. Risas, bromas, camaradería y buen ambiente. Me dieron envidia, mucha envidia. Me hicieron entrega de la equipación y, cuando se me hizo tarde, volví corriendo los 4 km que me separaban de casa de mis padres. Por el camino me encontré con Javiyl, al cual le prometí que le iba a dejar este enlace con el plan de entrenamientos para maratón, de Marta Fernandez de Castro.
A lo tonto, a lo tonto, debí de correr unos 8 km. El día 27 hice unos 10 km muy suaves, sin cansarme apenas. Ya me había animado. El viernes día 1 volví a salir e hice unas repeticiones de 400 m, a menos de 4'30"/km cada una, con recuperación de 100 m al trote. Hoy, domingo de temporal, volví a salir y recorrí un poco más de 10 km tras haber pasado un rato con los niños en la piscina. It was raining cats and dogs, como dicen los ingleses. Me acordé de una canción de Alberto Pérez, llamada La Tormenta.
Yo tuve un gran amor durante un chaparrón
y sentí aquella vez tan intensa pasión
que ahora el buen tiempo me da asco
cuando el cielo está azul no lo puedo ni ver
que se nuble ya el sol, que se ponga a llover,
que caiga pronto otro chubasco.
Mi amor no fue la vecina de Alberto Pérez, sino la sensación que te da correr bajo la lluvia y el viento. Disfruté como un enano. Un enano calado hasta los huesos, claro.
Seguiré informando ;D
4 comentarios:
25 largos seguidos no está nada mal, no? Me alegro de que estés de nuevo con ganas de correr. Supongo que nos veremos en la Coruña10.
Gracias por el enlace.
Con respecto al plan, crees que sería posible, hacer la tirada larga el jueves, y el rodaje que pone para el miercoles sustituirlo por alguna carrera. Más que nada pq las disfruto muchísimo y me motivan a la hora de entrenar.
Suelen decir que los planes hay que seguirlos al pie de la letra. Yo pienso que es más motivador disfrutar con lo que haces y saltarte un poco el plan, aunque el resultado no sea óptimo. Saludos ;)
La canción es buenisima :D
Por aquí abajo también disfrutamos del temporal de lo lindo jeje
Saludos y a seguir entrenando para recuperarse, ¡ánimo!
Creo que hoy vuelve a haber temporal. Mmmmmmmm...
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