martes, 24 de junio de 2008

Volver a empezar

He vuelto a entrenar pero estoy empezando desde cero. Hacer un entreno de 10 kilómetros a ritmo pastelero/pachanguero es muy duro. He decidido tomarme las cosas con calma y empezar con entrenos más suaves, de 8 kilómetros.

Miércoles18: 8 kilómetros a ritmo suave.

Jueves 19: 8 kilómetros suaves intercalando al final cuatro progresivos de unos 400 metros.

Lunes 23: 8 kilómetros de fartlek

Velocidad nunca he tenido, pero también he perdido la resistencia. Poco a poco voy recuperando la forma física y volviendo a sentir placer al rodar. Por lo menos, ahora ya no tengo agujetas al día siguiente, que ya es un buen avance.

Próximo objetivo: 6 de julio, Carreira de O Corgo

miércoles, 18 de junio de 2008

Otra manera de colocar los cordones

Hace unos días, hubo un hilo abierto en Correr en Galicia acerca de las uñas negras y la manera de evitarlas. Hace tiempo que no tengo uñas negras y creo que es debido a la forma de poner los cordones en las zapatillas.

A causa del método tradicional, los cordones se van aflojando según vamos corriendo y los pies se van deslizando hacia adelante, con lo que la uña impacta contra la puntera de la zapatilla provocando la conocida uña negra. Hace unos meses comencé a colocarlos al revés.

Empezando de la puntera hacia el talón (como es obvio) introduzco el cordón en los ojetes de arriba hacia abajo. En la foto se puede ver una zapatilla gris atada de manera tradicional y la de cordones amarillos atada según este otro sistema. De esta manera va a ser más dificil aflojar los cordones para poner o sacar la zapatilla, pero tampoco se van a aflojar mientras corremos.

domingo, 8 de junio de 2008

Día 42: Renacimiento

Un día por cada kilómetro recorrido. Es el tiempo que he estado sin entrenar. La cifra ha sido una casualidad.

El domingo, después de uno de esos fines de semana en que piensas que no has podido «recargar las pilas», me saqué de encima toda la tontería acumulada y comencé a entrenar de nuevo. Cuando estaba llegando a casa calculé cuántos días había estado sin correr. Hoy hacía el día 42 (bueno, ayer, porque por la hora que es, esto lo voy a publicar después de las 12 de la noche).

Las sensaciones son de pesadez. Salí a buen ritmo, casi con chulería, pero a los cinco kilómetros mi cuerpo me recordó que a mis piernas le había robado muchos kilómetros. Especialmente la pierna izquierda.

Terminé con la lengua fuera pero con la satisfacción de haber llegado a casa todo sudado después de haber estado una hora corriendo. Necesitaba esta carga de endorfinas y serotonina. No me había dado cuenta de cómo la echaba de menos. Me siento renacer de las cenizas. Mañana, más.

martes, 3 de junio de 2008

Estudio de la pisada y lateralidad

Cada vez se oye a más de gente hablar de que se ha hecho el estudio de la pisada y que todos sus problemas vienen porque tiene una cadera 3 milímetros más alta que la otra o una pierna 2 milímetros más corta que la primera. Por lo visto, muchos de nuestros males se resuelven con plantillas ortopédicas que suelen durar menos que las propias zapatillas donde van insertadas. Recuerdo haber leído una entrevista a Martín Fiz, donde decía que en sus tiempos de competición ni siquiera sabía el tipo de pisada que tenía. Quizá fuera una exageración o quizá no sea tan importante como creemos.


No conozco a nadie que haya ido a verse la pisada y que no le hayan dicho que tiene algún defecto en la pisada y recomendado unas plantillas. Quizá sea que cuando vas a un centro a que te estudien la pisada es porque tienes algún tipo de problema. Quizá sea que cuando corres en la alfombra o en la cinta vayas un poco desequilibrado por falta de costumbre (a mí me pasa). Quizá sea porque cuando vas a un centro de esos, los tendones y ligamentos se están adaptando a una nueva situación y deformen la pisada porque no están perfectos. Quizá sea porque NADIE tiene una pisada perfecta. Seguro que haciendo el estudio de la pisada después de una temporada de descanso y en plena temporada «de caza» los resultados son distintos.


Lo que sí es cierto es que, por mucho ejercicio que hagamos, seguimos siendo diestros o zurdos. También lo somos de pierna. Puedes comprobarlo haciendo multisaltos con la pierna derecha y luego repetir el ejercicio con la pierna izquierda. Hay diferencia entre ambas piernas. Lo lógico es suponer que, cuando corremos, impulsamos con más fuerza con una pierna que con la otra. También es de suponer que, por la misma razón, la pisada es distinta en cada pie. Claro que si intentamos equilibrar la pisada con las plantillas, ¿no se producirá un desquilibrio? Músculos, ligamentos y tendones están acostumbrados a nuestras dimensiones. Quizá a lo que no estén acostumbrados es a un cambio de nivel de entrenamiento e interpretamos mal lo que nos quieren decir. Hay que adaptarse a las plantillas pero, cuando corramos sin ellas, ¿qué pasará?


Por otra parte, ¿qué importa una diferencia de un par de milímetros si los pies tocan el suelo alternadamente? No saltamos con los dos pies a la vez. Claro que esa diferencia influye en la amplitud de la zancada de cada pierna pero nuestra lateralidad también. Es como si te dicen que cambiando el reloj de mano podrías escribir perfectamente con la izquierda (o con la derecha, en el caso de los zurdos).


Otra cosa distinta es si tienes eres pronador, supinador o neutro, y las zapatillas que te protegen de lesiones en función del tipo de pisada (puedes ver algo sobre este tema aquí). Pero que sean necesarias unas plantillas para corregir un desviación de 2 milímetros...

Yo pienso que las plantillas pueden ayudar en algunos casos a mejorar la forma de correr. También estoy de acuerdo en utilizar zapatillas adaptadas a nuestra pisada pero también creo que en ocasiones los corredores somos un poco hipocondríacos y que, en algunos casos, las plantillas no son más que un placebo. Si Gebrselassie no tuviera las aptitudes, por mucha plantilla que llevara no llegaría a donde está. Y viceversa.