Ayer tocaba entrenamiento de 70 minutos. Al final la cosa se alargó un poco más.
Empecé con los cinco minutos de calentamiento y vi como se acercaba a Alvedro un jet privado. A los pocos minutos vi salir de Alvedro un helicóptero volando hacia Ferrol. Asocié ambas cosas y, o era alguna personalidad (cosa extraña por la hora), o era Amancio Ortega. Seguí con el calentamiento y, antes de llegar al primer kilómetro, me paré a disfrutar de la puesta de sol. No pude resistirme a la tentación y le hice un par de fotos.
Reinicié el khenéfono desde cero y comencé de nuevo el entrenamiento. Cuando llevaba un par de kilómetros, sonó el khenéfono. Eran de telefónica por un parte de averías que había dado. Llamaban al número de casa, que tengo desviado a mi móvil, que tengo desviado al khenéfono mientras entreno. El coste de estar comunicado fueron dos llamadas por recibir una.
Terminé el entrenamiento bastante cansado. En parte era normal porque llevaba un par de noches durmiendo poco. Pensé en qué había ido a un ritmo bastante bajo. Me acordé de Fema, el megacrack que siempre dice que no comprende cómo se puede entrenar a un ritmo superior al que vas a competir. Tiene toda la razón del mundo. Espero ir mejor en la próxima carrera. Fema siempre ha demostrado ser una persona muy sensata. Hace tiempo que no lo veo. Espero, con la nueva temporada, coincidir con él en alguna carrera.
Al llegar a casa tocaron los estiramientos. Aprovechando que tengo la hoja escaneada (la imprimí y la plastifiqué con la plastificadora del Lidl) a ver si me acerdo y mañana la subo a internet (espero que los de Adidas no me denuncien).
Empecé con los cinco minutos de calentamiento y vi como se acercaba a Alvedro un jet privado. A los pocos minutos vi salir de Alvedro un helicóptero volando hacia Ferrol. Asocié ambas cosas y, o era alguna personalidad (cosa extraña por la hora), o era Amancio Ortega. Seguí con el calentamiento y, antes de llegar al primer kilómetro, me paré a disfrutar de la puesta de sol. No pude resistirme a la tentación y le hice un par de fotos.
Reinicié el khenéfono desde cero y comencé de nuevo el entrenamiento. Cuando llevaba un par de kilómetros, sonó el khenéfono. Eran de telefónica por un parte de averías que había dado. Llamaban al número de casa, que tengo desviado a mi móvil, que tengo desviado al khenéfono mientras entreno. El coste de estar comunicado fueron dos llamadas por recibir una.
Terminé el entrenamiento bastante cansado. En parte era normal porque llevaba un par de noches durmiendo poco. Pensé en qué había ido a un ritmo bastante bajo. Me acordé de Fema, el megacrack que siempre dice que no comprende cómo se puede entrenar a un ritmo superior al que vas a competir. Tiene toda la razón del mundo. Espero ir mejor en la próxima carrera. Fema siempre ha demostrado ser una persona muy sensata. Hace tiempo que no lo veo. Espero, con la nueva temporada, coincidir con él en alguna carrera.
Al llegar a casa tocaron los estiramientos. Aprovechando que tengo la hoja escaneada (la imprimí y la plastifiqué con la plastificadora del Lidl) a ver si me acerdo y mañana la subo a internet (espero que los de Adidas no me denuncien).
2 comentarios:
Asi que eras tu el que estaba corriendo con una camiseta verde..creo...o por lo menos eso me parecio desde el hELICOPTERO. ;O)
Ja, ja, ja !!! Así que eras tú el del helicóptero! Ya decía yo que la casa de Amancio quedaba para el otro lado ;-D
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