¿Es mejor correr sobre el asfalto que sobre la acera? ¿Es
mejor correr sobre la tierra que sobre el asfalto? ¿Por qué? ¿Porque es más blando?
He buscado información sobre este tema y en todos los sitios
dicen lo mismo. Lo argumentan usando el sentido común pero en ninguna parte he
encontrado a nadie analizando con rigor este asunto. Voy a tratar de analizar qué
le ocurre a la rodilla en términos de dureza del suelo, aplicando valores
aproximados, sin pretender ser un análisis científico riguroso sino como un divertimento.
Sólo analizaré la rodilla y su impacto, de manera poco holística.
El valor que indica la elasticidad de un material se conoce
como Módulo de Young y se representa por E.
La ecuación que relaciona la elasticidad de un material, con la tensión
aplicada (σ) y la deformación unitaria producida (ε) se conoce como ley
de Hooke, que dice:
ε =σ /
E
Si observamos los valores medios aproximados del Módulo de
Young para los distintos materiales sobre los que solemos correr, nos
encontramos que hay una gran diferencia entre ellos:
Hormigón: 300.000
kg/cm2
Asfalto: 120.000 kg/cm2
Madera: 100.000 kg/cm2
Tierra apisonada: 10.000
kg/cm2
Esto quiere decir que la elasticidad del asfalto es dos
veces y media mayor que la de las aceras. La elasticidad de la tierra es 12
veces mayor que la del asfalto y nada menos que ¡30 veces mayor que la del
hormigón!
Ahora está claro por qué un cristal se rompe al caer en una
acera pero no lo hace al caer en la tierra.
Según se puede leer en diversas publicaciones, el impacto de
un pie durante una carrera equivaldría al apoyo del triple del peso de un
corredor. El pie de un corredor de 80 kg soportaría un impacto de 240 kg en cada pisada. Suponiendo
que el corredor talonase (que el primer punto de apoyo sea el talón), el área
del impacto puede ser de unos 20 cm2. La tensión ejercida en el
momento del impacto sería entonces de unos 20 kg/cm2.
A ver qué pasa con los distintos materiales:
εhormigón=
20kg/cm2 / 300000 kg/cm2 = 0,006 %
εasfalto
= 20kg/cm2 / 120000 kg/cm2 = 0,016 %
εtierra
= 20kg/cm2 / 10000 kg/cm2 = 0,200 %
Vaya, la tierra se
deforma ¡30 veces más que el hormigón! Bueno, eso es lógico puesto que la
deformación es directamente proporcional a la tensión y es algo fácilmente
observable.
Aunque, claro, si
la tierra absorbe mejor el impacto, la reactividad de la zapatilla es menor. Es
decir, el impulso que tomamos con cada zancada es menor en la tierra que en el
asfalto o que en el hormigón. Además, el coeficiente de rozamiento es menor y
la zapa también pierde impulso por este motivo. Creo que en la próxima carrera
voy a ir todo el rato por la acera.
Pero lo que
realmente me interesa en este caso es qué le ocurre a mi rodilla. Tengo oído a
médicos deportivos diciendo que los meniscos se rompen por impactos directos,
no por impactos del pie contra el suelo. No voy a entrar en el desgaste de menisco
ni en condromalacias varias. Si no hubiera articulaciones, teniendo en cuanta
que los huesos humanos tienen un módulo de elasticidad de ¡210.000 kg/cm2!, sería lógico ir por el asfalto o por la
tierra. Pero nuestro cuerpo tiene cartílagos y tendones. El cartílago tiene un
módulo de elasticidad de 240 kg/cm2 y los tendones de 6000 kg/cm2.
La superficie de contacto de los meniscos y los cartílagos
es inferior a la de la huella del contacto entre pie y suelo. Los meniscos y
cartílagos se deforman más de ¡40 veces más que el suelo de tierra! Eso quiere
decir que, en el momento del impacto de la pisada, primero se deforman los músculos
del talón, después el cartílago y, por último, la compresión ejercida sobre el
suelo deforma la tierra.
¡Ups! Algo no va bien. Es como si ponemos un gajo de naranja
sobre una rodaja de manzana y presionamos. Primero se deforma la naranja y,
cuando ya está completamente aplastada, comienza a machacarse la manzana.
Pero nos falta un factor por analizar: la amortiguación de
la zapatilla. La goma tiene un módulo de elasticidad de 80 kg/cm2. No
sé qué módulo de elasticidad tiene el gel de Asics o el MoGo o todas esas
amortiguaciones que llevan nuestras zapatillas (y me da pereza buscarlo). La
goma se deforma, como mínimo, ¡tres veces más que el cartílago!
Así que el resultado es:
Primero se deforman los músculos del talón, después la
amortiguación de la zapatilla, después los cartílagos y meniscos y, por último,
una vez que todos los anteriores han absorbido el impacto, deformamos el suelo.
Dicho de otra manera:
Ponemos un filete. Encima del filete ponemos un huevo frito.
Encima del huevo, unas patatas fritas. Apretamos hacia abajo con un tenedor y,
¿qué pasa? Que primero se aplasta el huevo, soltando toda la yema (amortiguación
de la zapatilla), después se aplastan las patatas fritas (meniscos y cartílagos)
y por último se aplasta el filete (suelo).
Así que, si nos preocupa la salud de nuestras rodillas, no debemos
preocuparnos tanto de por dónde corremos y de llegar a casa con las zapas
llenas de barro, como de llevar unas buenas zapas con una buena amortiguación...
y de correr de manera correcta. Pero eso lo dejo para otra ocasión que me ha
entrado hambre y me voy a freír unos huevos con patatas.