sábado, 19 de noviembre de 2011

Historial de mis Zapatillas


Cuando hace años decidí volver a correr, lo primero que hice fue comprar unas zapas. Fui a El Corte Inglés y compré unas New Balance, cuyo nombre no puedo acordarme. Cuando empecé a ir a carreras, las zapas empezaron a dar señales de que tenía que cambiarlas. Fui a Athletics, en Vigo, donde Antonio, el antiguo propietario, me dijo que las que yo tenía deberían estar prohibidas y me recomendó unas Adidas Nova o unas Mizuno Wave Elixir 2. El consejo fue nefasto. No dudo de su buena fé pero me vendió unas Adidas que con el uso descubrí que no es que fueran muy cómodas, sino que me quedaban flojas por el talón y el pie me bailaba dentro, aunque de largo me quedaban justas. Las Mizuno me quedaban mejor pero no eran unas zapas para entrenar. Les faltaba amortiguación. Compré un par de cada. Las Mizuno todavía las uso de vez en cuando, cuando voy a un 10.000 y me encuentro especialmente bien de forma.

Las siguientes zapas que compré fueron unas Nike Vomero 2, en Cimáns Coruña. Eran muy cómodas y blandas para correr pero con el defecto de que me apretaban en el empeine. Con ellas conseguí mi primera uña negra. Me duraron muy poco. En menos de 400 km ya estaban completamente gastadas.

Las siguientes las vi de oferta en Carrefour y me hice con un par de Nike Pegasus. Me fue muy bien con ellas y me duraron mucho. Con ellas corrí mi primer maratón (si no recuerdo mal).

Cuando los de Asics vinieron a El Corte Inglés de Coruña con su chisme para analizar la pisada en 3D, allá me fui. Aproveché el vale que me daban para comprar una Asics GT 1040. Para mi pisada también me recomendaban unas Kayano, pero un refuerzo en el lateral me molestaba un poco. Todavía las uso y son muy cómodas. La telilla del forro interior del empeine se ha roto por el uso y cuando llevo calcetines blancos se notan los agujeros. Son mi par principal para los rodajes, junto con las siguientes que compré, aunque no les quedan ya muchos kilómetros de vida.

La siguientes zapas las compré en The Running Shop, en Coruña. Su propietario, Brian es British y entiende un montón de zapas y de correr. Me dio un par y me pidió que corriera con ellas por la acera. Negó con la cabeza y me dio otras. Después de varias pruebas, escogió dos modelos. Me gustaron más las Brooks Adrenaline GTS 10 y fue un acierto. Las mejores zapas que he tenido.

Hoy he ido a The Running Shop. Está de liquidación por cierre. Es una pena enorme. Tenía poco donde elegir pero tuve la gran suerte de que le quedaran unas Saucony Omni 9 de mi talla. Compré también unas gafas Spiuk Ventix y un gorro de Asics. Todo ello con un 30% de descuento. Hoy salí a rodar con las Saucony y la verdad es que son muy cómodas. A ver cómo van evolucionando a medida que le vaya metiendo kilómetros.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

16 de noviembre

16 de noviembre. Fecha para marcar en el calendario como el día que el fisio me dijo que, si no tenía una recaída, era la última sesión para curar mi rodilla. Ahora tengo que empezar con la planificación semanal y el calendario de carreras.

Martes y jueves tengo curso de natación. Para empezar, saldré a correr 3 días a la semana, que pueden ser miércoles, viernes y domingo. Los lunes haré bici estática y elíptica en el gimnasio. El sábado, tocará descanso. 2 ó tres días a la semana tengo que hacer los ejercicios de Stretching Global Activo y otros tantos hacer los ejercicios de cuádriceps en excéntrico.

Pablo me dijo que a la serie de estiramientos tenía que añadir 2 de lumbares. El primero es, tumbado boca arriba, llevando con las manos la rodilla al pecho. Para el otro hay que ponerse en la postura de los rezos musulmanes, de rodillas, sentado en los talones e inclinado hacia adelante hasta tocar el suelo. Sus últimas palabras antes de despedirse fueron:"No te olvides de hacer los estiramientos". Por la cuenta que me trae, que no los voy a olvidar... Al menos durante un par de semanas XD

Calendario de carreras: el 18 de diciembre tengo que decidir si voy a la Monumental de Lugo (10 km, temperaturas bajo cero) o a la Media Volta á Ría de Ferrol, con temperaturas más suaves. Dependerá de mis sensaciones durante las próximas 3 semanas. El 26 de diciembre quizá vaya a la San Silvestre de Salamanca.El 31 iré seguro a la San Silvestre Solidaria en Vigo. En enero me gustaría correr otra Media, la "Manuela Machado", de Viana do Castelo (Portugal). En marzo tocan la Vig-Bay y la Media de Lugo. Después el Maratón de Madrid.

Quizá esto no sea más que el cuento de la lechera pero, como estamos en campaña electoral, me he imbuído del espíritu propagandístico de los candidatos y me he puesto a prometerme a mí mismo todo lo que voy a hacer. Después, cumplir o no las promesas, ya será otro cantar... como hacen los políticos.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Estirar isquios, contraer cuádriceps

La última vez que estuve en el fisio, Pablo me habló del Stretching Global Activo. Me enseñó sólo un ejercicio de SGA pero, de verdad, que con uno me llega y me sobra. Continuando con nuestro común empeño de corregir el problema de mi rodilla, seguimos dos líneas: la primera consiste en fortalecer los cuádriceps mediante ejercicios en excéntrico. La segunda, en estirar los isquios.

La primera vez que oí lo de ejercicios «en excéntrico» y «en concéntrico», traté de encontrar alguna relación entre la idea de dos círculos concéntricos o excéntricos y el ejercicio físico. Según supe después, no tiene nada que ver con eso.

Cuando el músculo se contrae produciendo un cambio en la longitud del mismo se llama contracción isotónica. Cuando no se produce  cambio de longitud, se llama contracción isométrica, que viene a ser lo que hacía Schwarzenegger en sus tiempos de culturista cuando «sacaba bola» y la movía sin mover el brazo (sí, he tenido que acudir a Google para escribir correctamente el nombre de Mr. Arnold. Tampoco soy capaz de escribir sin ayuda «Volcán Eyjafjallajökull»). Lo que hacemos los demás mortales cuando ejercitamos un músculo se llama contracción isotónica, como las cervezas, que son isotónicas de lúpulo.

Cuando el músculo cambia de longitud mientras lo contraemos pueden ocurrir dos cosas: que se alargue o que se acorte. Si se alarga, estamos trabajando en excéntrico. Si se acorta, estamos trabajando en concéntrico. Un ejemplo sencillo se puede ver en una sentadilla. Al bajar, el cuádriceps trabaja en excéntrico. Al subir, trabaja en concéntrico. Bueno, pues el fisio me dice que haga ejercicios de cuádriceps en excéntrico, 2 o 3 veces por semana.

Otras 3 veces por semana tengo que hacer estiramientos de isquios, mediante un ejercicio Stretching Global Activo. Trataré de explicarlo en pocas palabras. En primer lugar, tuve que acostarme en el suelo en decúbito supino (nunca me olvidaré de aquel profesor que nos decía: «Los pinos, ¿para dónde crecen? ¡Para arriba! Pues decúbito supino es cara arriba». Patas p'arriba estiradas contra la pared, brazos estirados apoyados en el suelo y manos mirando hacia arriba, con las precauciones lógicas de espalda y cuello bien apoyados en el suelo. Hasta ahí todo más o menos bien pero, al mismo tiempo, hay que respirar. No es tan fácil lo de respirar en esa postura. Tampoco es «aire p'adentro, aire pa' fuera». La respiración era así: tripa fuera, inspiración abdominal, expiración abdominal metiendo tripa y «hundiendo las costillas», tripa fuera, inspiración abdominal, etc, etc. Cuando creía que tenía controlada la secuencia, tenía que ir abriendo los brazos poco a poco. Pero cuanto más los abría, más se complicaba la cosa. Al cabo de un rato casi no podía echar la tripa para afuera y mucho menos «meter las costillas». Terminé con agujetas.

El ejercicio duró ¡media hora! A los quince minutos noté un desagradable hormigueo en los pies. Las piernas se me habían dormido. Las bajé hasta que la sangre volvió a circular por las piernas y las subí una vez más. Cuando terminé el ejercicio probé a hacer un estiramiento de isquios y comprobé que el ejercicio había funcionado. Estiras todo el cuerpo (de ahí lo de «global»). Piernas, brazos, espalda, abdominales y nuca. El miércoles tengo que volver al fisio, a ver qué se le ocurre ahora.

En plan telegráfico comento que, tras correr hace 15 días los 12 kilómetros de la Pedestre de Santiago, la semana pasada corrí los 10 km de la San Martiño de Ourense. Como no entreno prácticamente nada, correr ambas carreras a 5'30"/km es un éxito completo. Sólo hago bici estática, elíptica, natación y los ejercicios que me manda el fisio. Hasta dentro de un mes no tengo pensado ir a ninguna otra carrera. A ver si para entonces ya tengo la rodilla bien, que parece que la recuperación va bien enfilada.

martes, 1 de noviembre de 2011

Recuerdo...

Recuerdo mi primera carrera. Fue en Vigo, mi ciudad natal. Una carrera solidaria donde tenías que buscar patrocinadores que pagaran por cada km que hicieras. Corría el año ochenta y pico y yo era un adolescente. Recuerdo que en la bolsa del corredor nos dieron un yogur de vainilla Larsa. Tenía un sabor delicioso. La corrí un par de años. Recuerdo subir hacia la calle Aragón, junto a mi vecina Marta y que ella estaba desfondada. Le pregunté qué le dolía y ella se dio cuenta de que no le dolía nada, que estaba bien. Terminamos juntos la carrera. Recuerdo las competiciones de atletismo en el colegio. Aquella carrera que gané a corredores de cursos superiores y que nadie me vio ganar, ni siquiera el fotógrafo de clase porque nadie esperaba que lo hiciera. Recuerdo la expresión de sorpresa de mi rival cuando le adelanté en los últimos 5 metros de carrera. Recuerdo mi primera media, también en el año ochenta y pico. Recuerdo los calambres, los kilómetros que hice andando y la meta frente al Náutico y el hotel Bahía. Recuerdo el dolor de rodillas y al médico dicéndome que las tenía que calentar antes de correr. Sigo sin saber cómo se hace eso.

Y entré en la Universidad y, al poco, dejé de correr.

Estos días me asaltan los recuerdos. Recuerdo a mi abuela ofreciéndome un pedazo de kaquí en los jardines del Pazo de Castrelos. Estaba un poco verde y me dio dentera. Ayer comí un kaqui por primera vez en mi vida y me acordé de mi abuela. Hoy preparé una salsa de tomate para tomar con la pasta y el recuerdo de mi abuela me llevó a prepararla como ella hacía en algunas ocasiones. Me salió deliciosa.

Trasteando por Facebook encontré a mi prima, que hace años que no sé nada de ella. Recuerdo que fue gracias a ella que conocí a Les Luthiers. También fue de ella de quien aprendí a experimentar en la cocina y a cocinar platos distintos, con lo que hubiera por las alacenas.

Ayer, después de cenar, tomé una copa. Hace años que no lo hacía. Una copa de ron añejo Santiago de Cuba, el que sólo se puede comprar en Cuba. Me acordé de mi antiguo jefe, que fue el que me la había regalado. Vendió la empresa y se prejubiló. Mi chica tomó un Madeira, en una copita de alabastro que compramos hace años en Camdem Town, en Londres, durante un viaje con nuestros amigos R y A. Recuerdo a nuestros hijos con cascos de Bobby paseando entre los puestos del mercadillo. R y A estaban muy enamorados por entonces. Espero que nuestra amistad no se apague por muchos años al contrario que su amor, que no ha sido capaz de sobrevivir al invierno de la crisis de los 40.

Recuerdo el primer día que volví a correr, hace 5 ó 6 años. Pesaba 98 kilos y me había empezado a preocupar por el sobrepeso. Casi 30 kilos y más de 20 años me separaban de aquella primera carrera y de aquel yogur de vainilla. Mi chica me animó mucho, como siempre lo hace, y aquello fue el germen para ser un corredor cuarentón, calvo y gordito, que escribe su blog en un iPad y que ha terminado 4 maratones. Recuerdo mi cuarto maratón, este mismo año, entrando en meta de la mano de mi hijo.

Recuerdo mi primera carrera de mi nueva etapa. Fue en O Grove, junto a mi amigo Banderas. Se me hizo interminable pero me sentí feliz. Recuerdo cuando conocí a tantos foreros de Correr en Galicia. Muchos se han convertido en amigos y otros se han ido quedando por el camino. Ahora, ir a una carrera es más que ir a hacer unos kilómetros, es ir a saludar a los amigos que sólo veo vestidos de corto.

Recuerdo mi primera media de mi nueva etapa, la Volta á Ría de Ferrol, en el Año 2006. Llovía a chuzos y nos dieron una toalla en la bolsa del corredor. Participaron Martín Fiz y creo que Abel Antón.

Recuerdo mi primer maratón. Fue en Madrid, en el 2008. Hizo mucho calor y descubrí un nuevo límite en mi capacidad de sufrimiento.

Tantos recuerdos que algún día se perderán como lágrimas en la lluvia.