jueves, 4 de agosto de 2011

LA PUNCIÓN SECA, LAS CONTRACCIONES Y EL YESVERIGÜEL


Seguimos a vueltas con la rodilla. Ayer hubo una nueva sesión de punción seca. Durante la sesión llego a diferenciar varios tipos de sensaciones:

ZONA DE CONTRACCIONES ESTÁNDAR: Cuando la aguja va provocando una contracción cada dos o tres segundos, mientras mi fisio Pablo, va contando y asintiendo con la cabeza. Al llegar a 7-8, deja de trabajar en la zona. Hay contracciones medias, fuertes e insatisfechas. La contracción insatisfecha se produce cuando el fisio la percibe pero tú no (o casi no la notas). Se puede hacer un paralelismo sexual que no es necesario explicar. 

ZONA DE «ESTAMOS CERCA»: Cuando parece que van a venir las contracciones pero no dan llegado, salvo un par de ellas de intensidad media. Es como tener ganas de mear y no echar gota. Al cambiar un poco el ángulo de la aguja se produce una contracción más fuerte, por lo que el fisio decide cambiar el punto de entrada y atacar desde otro punto próximo.

ZONA DE «AHÍ NO HAY NADA»: Cuando la aguja no provoca contracciones. Quizá una o dos contracciones muy leves.

ZONA DE «¡COÑO, PINCHA!»: Cuando sientes el pinchazo de la aguja abriéndose paso por tus carnes. Recuerda como cuando te quitas, con una aguja de coser, una astilla clavada en un dedo y tienes que profundizar porque no ha salido del todo, pero en lo más profundo del músculo. Las contracciones pueden ser cualquiera de las variedades, y casi las agradeces cuando llegan.

EL «NIDO» LEVE: Cuando la aguja alcanza un punto en que las contracciones se suceden sin descanso y sin tiempo a recuperarte. No es especialmente doloroso pero sí muy incómodo porque no te puedes relajar entre contracciones.

EL «NIDO» INTENSO: Igual que el anterior pero las contracciones son más fuertes. Te deja «baldado» y con el músculo dolorido.

ZONA DE DOLOR INTENSO O «GOM JABBAR»: Cuando notas un dolor especialmente fuerte antes, durante o después de alcanzar la zona de contracciones. Es como la prueba del Gom Jabbar, sólo que en vez de que lo hagan las Bene Gesserit, lo hace un fisio. A veces es difícil reprimir una lagrimilla.


Tras las punciones y los estiramientos, llegó una sesión de ultrasonidos. No notaba nada, salvo en un punto próximo a la rodilla, donde podía sentir como vibraba el músculo. En el kinesiotapping hubo cambio de color. Esta vez tocó esparadrapo rosa chicle. No es un color muy viril pero creo que podré soportarlo. Por último, unos ejercicios para reeducar la pierna. La rodilla ya no duele ni «engancha» pero el cuádriceps estaba dolorido como si tuviera agujetas.

Pregunté si puedo salir a correr y va a ser que no. Puedo hacer bici y nadar pero no debo repetir el ejercicio que me provocó el problema hasta que esté curado. Cuando ya no sienta dolor, podré combinar andar con correr, empezando con trotes suaves. Yo pensaba calzar las zapas en las vacaciones pero se van a quedar en casita, cogiendo polvo.