domingo, 17 de octubre de 2010

Vigo + 11

Me lo tomé con calma. La carrera empezaba a las 11:11 y a las 10:15 todavía estaba en la cama. Había salido de noche y preferí descansar un poco más. Desayuné un café solo, me vestí la equipación, comprobé que llevaba todo y marché a la carrera. A las 11:02, estaba aparcando. A las 11:06, saliendo del parking. Trotecillo hasta la salida. Llego a las 11:09. Estiro un poco los gemelos y los sóleos y busco mi hueco entre los demás corredores. Unos segundos más tarde dan la salida.

Salí con Pipe, que me había dicho que iba a ir a mi ritmo. Le advertí que mi intención era bajar un par de minutos de la hora pero no lo debió de entender muy bien. A los dos kilómetros ya se había largado hacia adelante. Seguí al ritmo previsto, sin forzar. Los sóleos fueron protestando todo el camino. Pocos metros después del avituallamiento, comenzó la subida de la calle Coruña. Llegué a Traviesas y una grata sorpresa. Una espontánea salió de entre el público y me acompañó unos metros. Era mi chica, por supuesto. Me animó muchísimo. 

En la cuesta de Camelias oigo que me animan: «¡Ánimo CARMA!». Supero la cuesta y comienza la «meseta». Como los sóleos se estaban comportando, apreté un poco. A la altura del Castro me anima una chica. Le sonrío y le doy las gracias. Fui avanzando puestos hasta llegar a Gran Vía. A partir de ahí, todo en pendiente hasta la meta. Tampoco forcé. Dejé que el cuerpo fuera al ritmo que iban marcando las piernas. Resultado: 58' (que coincide con mi objetivo). Recogí el plátano y el botellín de agua que nos daba la organización y charlé con los compañeros del CARMA y con otros amigos y conocidos. Estiré bien y llegué por los pelos a la foto de grupo del club. A Pipe ya no lo volví a ver aunque sé que me sacó 3 minutos. Al llegar a casa me conecté a la red y comprobé que championchip ya había colgado la clasificación y que había ganado Lolo Penas.

Por cierto, la camiseta es bastante chula: técnica, verde claro y con los laterales blancos. Me recuerda a los colores corporativos de Vitrasa (la compañía de autobuses de Vigo). No les quedaban XL pero la L me queda razonablemente bien.

La carrera me gustó mucho. Me la apunto para el año que viene. Ahora a terminar de curar los sóleos y a empezar a mejorar. Próxima estación: la Pedestre de Santiago.

domingo, 10 de octubre de 2010

Coruña-10

Conozca usted su cuerpo.

Según el diccionario de la RAE, SÓLEO:
(Del lat. solĕa, suela, de solum, la planta del pie).
1. m. Anat. Músculo de la pantorrilla unido a los gemelos por su parte inferior para formar el tendón de Aquiles.

Según la khenepedia, SÓLEO:
Músculo que queda detrás de los gemelos y que solemos estirar cuando hacemos lo propio con los gemelos aunque no sabemos muy bien para qué sirve ni para qué se usa. Cuando te cascas el sóleo, descubres su utilidad. Mola mucho ver la cara de los legos cuando dices que estás lesionado en el sóleo, aunque mola más cuando dices que la lesíón está situada en el «tríceps sural».

Vamos, que el martes me hice daño en el sóleo. Dejé el resto de la semana de reposo pero hoy todavía no estaba recuperado y corrí la Coruña-10. No voy a decir que sentía un dolor agudo como si tuviera clavado un puñal en la pantorrilla porque no sería cierto. Era más bien un dolor sordo que retumbaba a cada zancada. Tampoco fue el culpable del tiempo que hice.

La Coruña-10 fue una carrera bien organizada, con mucha participación (mil ochocientos y pico corredores), camiseta técnica amarilla, muy vistosa (se distingue a kilómetros), con el avituallamiento muy tarde (a falta de 3 kilómetros para la meta) y sin aglomeración en la meta. La bolsa del corredor consistió en restos de serie de La Voz de Galicia y un botellín de agua. No aprendo. La próxima llevaré una botella de Gatorade en el coche. El ambiente en las calles mucho mejor que en anteriores ediciones. En cuanto al tiempo, lució un sol fantástico con unos 21º de temperatura. Hizo un perfecto día de otoño.

Llegué a tiempo para la kedada y la foto de grupo. Muchos conocidos y amigos: Javiyl, Irdam, Flip y marido, Marola, Picapiedra, Jabelo, Fema, Jotaeme, XandeRis, Cecebre, Joaquín, Pipe, JesusB, Bardallas, Mandrágora, Booker, María, BaoEs, Ezeq, etc. Una cara nueva, Ainoa88.

Calenté unos diez minutos, despacito, muy despacito. Después estiré bien. Ya que no iba a hacer mi mejor marca personal, por lo menos llegar en buen estado a la meta. No me apetecía nada llegar arrastrándome y después estar una semana (mínimo) en dique seco por rascar un par de minutos al crono.

Tardé casi un minuto en cruzar la línea de salida desde que dieron el pistoletazo. Éramos muchos aunque no me parecía que hubiera 3000 corredores (como así fue). Aún así, éramos muchos y la salida fue excesivamente sosegada.

Mi carrera fue un poco más lenta de lo que suponía pero acorde con mi estado de forma y mi sóleo dolorido. Ya iremos (plural mayestástico) recuperando poco a poco. Estrené la nejra, la kheneseta del club, que me dio bastante calor a pesar de que era de «manga tirantes». A mí me gustan más las «manga sisa» o incluso las «manga ranglan», pero hay que lucir la equipación oficial. Al poco de salir me encontré con Flip y marido, Charlé un rato con ellos y seguimos cada uno a nuestro ritmo. Adelanté a un marchador que iba tan rápido andando como yo corriendo. Por la zona de Riazor me crucé con muchos amigos y conocidos. Marola iba concentrada y no me vio. Me di cuenta de que les daba el sol en la cara y que no se veía bien a los que venían de frente. Poco después de girar en la Casa del Agua, me crucé con un compañero de trabajo. Un par de minutos más tarde, alcancé a una chica que conozco de Ferrol pero que no recuerdo su nombre. Le di ánimos y seguí a lo mío. Un par de kilómetros más adelante llegué a la meta en cincuenta y pocos  minutos. Allí me encontré con Pipe y Bardallas con los que estuve charlando un rato. Pipe pensaba que yo iba delante suya y trató de alcanzarme para entrar conmigo en meta al sprint. Yo pensaba que iba detrás y me fui quedando para encontrarme con él y disputar ese sprint. Fue un desencuentro. (Por si alguien se lo toma en serio, que sepa que es una broma. Pipe corre más y mejor que yo [de momento, je, je...])

Estiramientos con calma y centrándome especialmente en el sóleo. Mientras estiraba los gemelos, otros dos correlegas hacían lo propio. Les dije, «Venga, un poquito más y tiramos el muro abajo». Nos echamos unas risas.

Fue una mañana estupenda entre amigos, buen tiempo, zapatillas y camisetas sudadas.

viernes, 8 de octubre de 2010

El Nuevo Khenéfono

Cuando ya di por perdido y por desaparecido el khenéfono, guardé el luto pertinente por aquel que me había acompañado tantas noches durante los entrenos. Pero el tiempo pasa, las cicatrices se curan y el luto fue aliviado. Un buen día, mi chica me dijo que había estado buscando un MiCoach para regalármelo por mi cumpleaños pero que no lo había encontrado. Tuve curiosidad y yo también lo busqué. Encontré una tienda on-line que lo ofrecía a un precio asequible. Hablé con mi chica y, al ver mi cara de gato compungido, me dijo: «Cómpr...» (Antes de que hubiera terminado, ya estaba estaba delante del ordenador conectándome a la red) «...alo!».

En dos días lo tenía en mis manos. Lo más flipante fue que me llamaron de la tienda on-line pidiéndome disculpas por haber tardado tanto en hacer la entrega, que debería de haberme llegado el día antes pero que habían tenido problemas logísticos.

Es casi igual que el anterior. Le puse una tarjeta MultiSIM, para que tenga el mismo número que mi otro móvil y ya tengo nuevo compañero de rodajes. Todavía tengo que terminar de configurarlo y espero estrenarlo el domingo. La principal diferencia es que las locuciones son en inglés. A ver cómo suenan las indicaciones en el idioma de su graciosa majestad.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Y si viene negra tempestad, reir, correr y cantar

Otro temporal y otro entreno. Hoy hice cambios de ritmo. 8 intervalos de 700/800 metros a 4'45"/km (más o meeeenooos) y 200 al trote. Esto de correr bajo lluvias torrenciales es un placer reservado a los dioses y a los locos del running. El agua caía del cielo y de los canalones de los tejados (las bajantes no podían con tanta agua) como si fueran las lluvias del Monzón. Sólo me crucé con otro corredor al que saludé efusivamente con un HOLAAAAAA!!! y con tres o cuatro paseantes bajo sus paraguas. Llegué a casa empapado. En total casi 11 km. Las sensaciones muy buenas. Quiero irme poniendo a tono poquito a poco, no quiero machacarme.

El domingo llegué con unas rozaduras tremendas en los muslos debido a que salí a correr los 10 km con pantalón corto en vez de con mallas. Nunca más. Siento mucho que la equipación del club sea así pero el dolor de las heridas que me produjo tardó dos días en darme tregua.

El domingo toca correr en Coruña. Serán 10 km que intentaré hace en 50'. Después, ¿quién sabe? ¿Vigo+11, la siguiente semana? La pedestre de Santiago es el 31 de octubre. La San Martiño de Ourense, en noviembre, seguro que la corro. El 12 de diciembre es el medio maratón Volta á Ría de Ferrol. Por esas fechas también caerá la Monumental de Lugo. Para cerrar el año, la san Silvestre de Vigo aunque quizá me aventure a correr la san Silvestre de Oporto, una semana antes. Tengo que «organizar mi agenda» y coordinarla con la «agenda familiar» ;D

martes, 5 de octubre de 2010

Resultado del sorteo del Maratón de Londres

Acabo de recibir un E-Mail que dice:


Dear Runner, 
We regret that we have to advise you that your application to run in the 2011 Virgin London Marathon has not been successful due to massive over-subscription.
However, if you still wish to run please click on the link below where there is a list of tour operators in your country who may be able to help you enter the 2011 Virgin London Marathon.
http://static.london-marathon.co.uk/downloads/pdf/2011-marathon_tour_operators.pdf
Yours Sincerely
David Bedford
Race Director

Con lo cual, adiós Maratón de Londres 2011. Hola de nuevo Maratón de Madrid ;D

domingo, 3 de octubre de 2010

Hace mucho que no actualizo la khenesfera

«Hace mucho que no actualizas el blog», dijo mi chica hace unos días. Ella misma se contestó diciendo: «Claro, tampoco tienes nada que contar». Y era cierto. Llevaba un montón de tiempo sin salir a correr. A veces hacía un rodajito que me dejaba exhausto y volvía a caer en la desidia.

Pero todas las cosas tienen un final y mi pereza también. Las cosas buenas te empujan hacia adelante y las malas intentan detenerte. La primera cosa buena fue que mi chica nos apuntó a toda la familia a la piscina. Hacía años que no nadaba más que unas brazadas en la playa de vez en cuando pero este verano había estado en un hotel con piscina y jugando, jugando con los niños, fui recuperando el gustillo por nadar. Cuando mi chica nos apuntó a todos, superé mi timidez inicial a todo lo nuevo y me aventuré a ponerme en remojo. Mi espalda necesitaba fortalecerse para evitar que mi escoliosis fuera a más y lo tomé como una rehabilitación o una necesidad ¡Qué os voy a contar! El primer largo que hice me dejó jadeando agarrado al borde de la piscina (no, no me refiero al socorrista, que es un chaval que aparenta ser muy majo). Poquito a poco fui adquiriendo la costumbre de ir a nadar dos o tres días a la semana, algunos días con los niños, otros solo. Todavía no soy capaz de nadar más de 25 metros seguidos pero todo se andará (o se nadará). Claro que, ya puestos, ¿por qué no ponerme a correr un poquito al salir de la piscina? Así fue cómo empecé. Los primeros rodajes fueron patéticos. Cuatro kilómetros eran sufcientes para dejarme fuera de combate. Y no es que fuera muy rápido. Entre 6' y 7'/km. El cuerpo iba como a cámara lenta del cansancio de la piscina. Las piernas iban bien y el pecho era el que fallaba. El 19 hice algo menos de 4 km. El día 20, 4 km justitos. El 23, 4 km y 400 metros. El día 26 sucedió la segunda cosa buena.

El 26 de septiembre se disputaba la segunda edición de la Media Maratón de Vigo (no homologada, pero bien medida). Yo no me encontraba suficientemente bien para correrla y terminarla satisfecho (lo cual no tiene nada que ver con el tiempo que pudiera hacer sino con las sensaciones durante y después de la carrera). El 25 habíamos quedado con nuestros amigos Antonio y familia y él me sugirió que me acercara hasta la meta para recoger la equipación del club, la famosa «negra». Le dije que iría y le mandé un SMS al presi para que la llevara. El domingo me vestí de corto y fui trotando hasta la zona de la salida/meta. Al cabo de un par de kilómetros, un escalofrío recorrió mi espina dorsal: me vi en medio y medio de la carrera. Hice una estimación por la hora que era y el ritmo que debería llevar Antonio, y me situé en sentido contrario a los corredores que venían del Náutico. Pronto vi a un par de conocidos y les saludé. Me miraron con cara rara, como si pensaran que estaba en la carrera y que había abandonado. Empecé a animar a los conocidos. Al poquito apareció Antonio al lado del presi. Corrí un momento a su lado y crucé unas palabras con ellos. Les dejé irse y seguí caminado hacia el Náutico. Empecé a ver a un montón de conocidos y me dije: «Voy a animar a los que de verdad lo necesitan, a los de la cola». Así hice. Fui animando a todos los que iban pasando, hasta que pasó el último. Muchos agradecían mis palabras de aliento con un gesto y algunos mostraban un gesto como diciendo «¿De qué va este chiflado?». Como iba a tener que esperar a que llegara el presi, crucé la calle y me puse a animar a todos los que iban pasando a mi altura, a un par de kilómetros de la meta. Leía sus nombres en el dorsal y, a algunos, los animaba por su nombre. De vez en cuando veía a algún conocido y lo animaba más efusivamente. A otros los acompañaba corriendo a su lado mientras les deba palabras de aliento o los pinchaba con algún comentaría sarcástico, que tanto él como yo sabíamos que era mentira. Pasó Antonio y me puse a su lado. Me dijo que el presi iba detrás y que le echara un cabo. Le dejé irse y esperé al presi que llegó un poquito después. Me pegué a él y fuimos corriendo y charlando, a 5'/km. Cuando faltaban 300 ó 400 metros para la meta, me despedí de él, salí del recorrido e hice un sprint para animarlo en la llegada.

En la meta me encontré con muchos amigos y otros tantos conocidos. Risas, bromas, camaradería y buen ambiente. Me dieron envidia, mucha envidia. Me hicieron entrega de la equipación y, cuando se me hizo tarde, volví corriendo los 4 km que me separaban de casa de mis padres. Por el camino me encontré con Javiyl, al cual le prometí que le iba a dejar este enlace con el plan de entrenamientos para maratón, de Marta Fernandez de Castro.

A lo tonto, a lo tonto, debí de correr unos 8 km. El día 27 hice unos 10 km muy suaves, sin cansarme apenas. Ya me había animado. El viernes día 1 volví a salir e hice unas repeticiones de 400 m, a menos de 4'30"/km cada una, con recuperación de 100 m al trote. Hoy, domingo de temporal, volví a salir y recorrí un poco más de 10 km tras haber pasado un rato con los niños en la piscina. It was raining cats and dogs, como dicen los ingleses. Me acordé de una canción de Alberto Pérez, llamada La Tormenta.

Yo tuve un gran amor durante un chaparrón 
y sentí aquella vez tan intensa pasión 
que ahora el buen tiempo me da asco 
cuando el cielo está azul no lo puedo ni ver 
que se nuble ya el sol, que se ponga a llover, 
que caiga pronto otro chubasco. 

Mi amor no fue la vecina de Alberto Pérez, sino la sensación que te da correr bajo la lluvia y el viento.  Disfruté como un enano. Un enano calado hasta los huesos, claro.
Seguiré informando ;D